miércoles, 19 de marzo de 2025

 





 

     Vuelvo a mi trabajo para la colaboración en Dare-Zine 10: The Leporello, la publicación diseñada en conjunto entre 28 artistas bajo la coordinación de Dare Zine, revista y comunidad de creación & reflexión (https://www.dare-zine.com/  y  https://www.instagram.com/dare_zine_/?hl=es-la ).

 

     Mi plan original sigue en curso.  Terminada la composición general de mi Post-Card de Buenos Aires a Bulgaria, es el momento de ir agregando pequeños diseños que celebren las obras de los artistas que me precedieron en la acción creativa conjunta.

 

      La primera artista en aportar su trabajo al proyecto común ha sido Yana Maksimova, quien creó esta maravillosa obra:





 

     De la obra de Yana tomé su ovillo, que repliqué en un papelito rosa.  Me encantó la idea de un hilo, invisible pero inquebrantable, que pueda mantenernos unidos  a pesar de distancias, océanos y montañas, tradiciones  e idiomas. 













     La segunda artista ha sido  Joana Nikolova,  quién aportó otro precioso trabajo:







     De Joana tomé una de sus escaleras, de nuevo como un elemento unificador, que nos permite superar obstáculos y alcanzar nuestro objetivo común.












 

     Ya con mis pequeños ovillo y escalera ahora se trata de sumarlos a mi diseño ya hecho (y que ha quedado resguardado con un plástico de globitos en mi tablero a la espera de su turno en el próximo abril).



















































domingo, 16 de marzo de 2025

 



















           Empezamos a trabajar para la feria de Montevideo del próximo agosto.  Planeo cuatro obras sobre papel y bastidor  para la pared central de mi booth #57.  Tras el stress de trasladar todas obras enmarcada y con vidrio a la feria del pasado enero en Punta del Este, quiero ahora complicarme un poquito menos (y hacer algo completamente distinto en la puesta, lo que intuyo no será menos complicado…).

 

     Así que inicié la serie de mis Reinas de la baraja, donde el tradicional diseño invertido de los naipes mutó por el reflejo de espejo de un retrato clásico de los que me gusta dibujar.  Así arrancamos:














  Fuego obviamente…




















 


     Y papel artesanal color con sus bordes chamuscados, todo adherido a una tela imprimada en bastidor, dejando márgenes blancos de la tela para reforzar la imagen visual de un naipe.





















 

     Y los atributos tradicionales: la inicial de Queen y el palo de la baraja.  Avanzamos con la Reina de Diamantes.






















domingo, 9 de marzo de 2025

miércoles, 5 de marzo de 2025

 








 

           Hay una sensación (una especie de instinto) que se traduce en insatisfacción cuando a una obra le falta “algo”.  Puede que la composición nos guste, que algunos sectores nos resulten francamente divertidos (como el angelito y su arco, las colas de las sirenas o la estampilla de dos centavos de la libertad con escudito), pero al mirarla en conjunto algo está mal.  Definitivamente mal y molesto.
















 

     Puede que sea el tono del papel base (ya me pasó antes, tiene una opacidad que desluce, que se come la intensidad de la tinta) que reste fuerza al conjunto.  Pero si fuera solo eso debería poder contrarrestarlo con mayor ferocidad en la paleta.  Aunque intento acentuar colores y empastar luces, sigue habiendo algo que falta.

















 

     Es en estos momentos en los que se desata una pelea en la que siempre pierdo.  Trato de salvar la obra, de trabajarla un poco más, de descubrir que es eso que me molesta tanto, lo que falta o lo que sobra, ese “algo” que desequilibra todo.  Pero por lo general no lo descubro y allá va la lámina a la pila de las inconclusas.  Puede que la falla esté en mi mirada, puede que alguna preferencia personal sea lo que entorpezca todo (falta una mirada, un gesto que  transmita emoción).  Alguna que otra vez una inconclusa para mí fue rescatada tiempo después  por la mirada de alguien más y yo ya no volví a verla con ese “fallo” de insatisfacción. 





 

     Pero de cualquier manera, voy a trabajarla un poco más, no más no sea por el angelito lila que ha disparado una flecha  directo al corazón de mi chica de la Bristol.