martes, 27 de septiembre de 2022

 






      Sigo componiendo  Postalitas.  Doce por veinte de remanentes de papeles varios, restos de otros asuntos que merecen  su momento de protagonismo.  Concebidas con la misma pasión y cuidado en el detalle que obras de mayores dimensiones, mixturizando soportes y técnicas y permitiendo que el fuego intervenga en la composición.






     ¿Por qué esta opción diminuta de mis obras habituales?  Porque permite compartir con el espectado el juego creativo por fuera de las reglas habituales del mercado del arte.  Las Postalitas pueden remitirse fácilmente por correo postal, llegar a extremos impensados del planeta sin riesgos ni grandes costos, y pueden ser la opción propicia para aquel que quiera iniciar su colección de arte sin necesidad de grandes esfuerzos económicos.  El arte (de cualquiera de los dos lados del mostrador) es caro.  Pero mis Postalitas no lo son, aunque  más no sea por puro espíritu de contradicción.






     Cada Postalita es una obra de arte original, única y exclusiva, que condensa en su pequeña superficie todas las vivencias de quién ha abocado toda su vida a las naderías del arte (Borges dixit). Aspiro que cada Postalita sea el inicio de la oportunidad de disfrute de quién resulte su destinatario final.  Postales desde Finis TerraPostalitas de cordial saludo para quién se apronte a recibirlas. 












 Post data: entretanto, sigo con los primeros diseños de la gráfica para la feria de Santiago.  Y todo me parece espantoso.  Hay un punto muerto en la vorágine de preparativos donde el cansancio supera las espectativas y perdemos la línea.  Sólo por inercia sigo, sosteniendo, intentantdo cumplir lo planeado. Sigo. 

























martes, 20 de septiembre de 2022

 






    Primera crisis de nervios. Finalmente me entregan los soportes de acrílico para las Postales Victorianas y es un hecho: los precios bajos afectan la calidad final del producto.  Bordes desparejos y la transparencia algo turbia.  Pero al menos ya los tengo conmigo.

 







 

     Todo bien con los soportes chicos, podrían estar mejor pero es lo que hay y a efectos de una feria fronteras para afuera priorizo la practicidad, la economía y el poco peso.  Pero los soportes grandes, al probarlos para trasladarlos en una valija, NO ENTRAN.  De ninguna manera.  No hay forma.  Y es una valija muy grande.  No es opción comprar otra valija, así que parece que esas tres Postales Victorianas se quedan en casa.
















 


     Respiro en busca de calma y de ideas para reformular el montaje mental que tengo de mi stand. Y sin esas tres Postales todo el diagrama se desbarata. Respiro, respiro, respiro.  Voy a intentar aggiornarlas, cambiar el calado, quizá recortar algo de los bordes y ajustar el acrílico a lo estrictamente necesario.  Si consigo quien me corte el excedente de los displays tal vez podría llevarlos al tamaño conveniente para trasladarlos conforme plan original, o sea, en mi valija.  Trabajo extra y relativamente urgente:  si esto no funciona tengo que repensar toda la puesta.

 

     Respiro.  Me llega la invitación formal de la ArtWeekStgo2022, lo que significa que ya tengo que iniciar los trámites por ante Artes Visuales para obtener los avisos de exportación.  Calma y paciencia, probablemente me lleve un día completo ingresar la totalidad de las obras (totalidad ilusoria, porque si no logro acondicionar las tres Postales grandes tengo que cambiar la propuesta con otros trabajos).






 

     Respiro, me miento que hay tiempo suficiente, que tengo que rehacer los diseños de los catálogos si voy a cambiar parte de la obra.  Condicionado y en pausa todo el trabajo gráfico hasta ver que obras definitivamente entran en la valija.

 

     Respiro y se que no tengo que postergar mas la compra de los tickets aéreos, con un carry-on para las Chicas Cuadraditas y la valija en bodega con lo que sea que en definitiva lleve. No me gusta la incertidumbre, la única forma de realizar prácticamente sola toda la movida de una exhibición en el exterior es con un plan de acción escrupulosamente detallado.  Pero el hombre (o la mujer en el caso) propone y dios se ríe a carcajadas.



 





     Respiro, y como los Organizadores de la feria han conseguido excelente hospedaje con descuento para los artistas, el tema de hotelería puede -por lo menos- esperar unos días.  ¿Qué más falta? Cartelería del stand, material de prensa, nómina de contactos para mailing de invitación al evento y difusión general, trazar y contratar una pequeña campaña para Instagram, los dichosos catálogos en papel para repartir durante los tres días de feria, averiguar el tema de facturación y embalaje por una eventual venta.  Certificados de autenticidad de todas las obras que viajan (si supiera que obras son las que viajan...)  Decidir vestuario y, en especial, conseguir zapatos cómodos para estar de pie de 11 a 20 hs. tres días seguidos.  Respiro, respiro, respiro.

















domingo, 18 de septiembre de 2022

 







     Sigo dándole vueltas a mis Postalitas, a las que he atribuido rol de Comodín.  Voy a llevar algunas conmigo, son fáciles de transportar sin que corran ningún riesgo, y según quede el montaje de mi stand en la ArtWeekChile veré si las incluyo o no. No sólo para balancear algún hueco entre el resto de las obras, sino porque teniendo el stand de una punta (el 76 del sector Artistas Extranjeros) tal vez haya un lateral extra pasible de cuelga.  Ese plus de espacio sólo puede evaluarse en el lugar, viendo el criterio de los Organizadores al respecto y considerando también la visibilidad conforme el flujo de circulación de los visitantes, la ubicación de las luces, y un montón de mínimos factores más que únicamente pueden evaluarse in situ.  







     Mis Postalitas viajarán con unas pequeñas carpetas de papel misionero y tapa calada con acetato que estoy armando, para colgarlas con binder clips como se hace en las puestas de la TAE, que lucen fantásticas y son de muy simple maniobra de cuelga y descuelga.  Los Comodines son para eso, para usarlos cuando hagan falta. Y, mientras tanto, son amables compañeras de viaje que nos ayudan a calmar los nervios en la frenética etapa de preparativos.



















sábado, 17 de septiembre de 2022

 






    Con ciertos desajustes de tiempo en el plan original -como suele suceder siempre, te organices como te organices- vamos avanzando más o menos acorde lo establecido.  Medio septiembre y tengo “casi” todos los soportes acrílicos para la exhibición en Chile. Al dividir a los proveedores para optar por los mejores precios para cada medida de display terminé con uno que cumplió la fecha de entrega y el otro no.  Se supone que entre lunes o martes próximo tendré los soportes grandes para las Postales Victorianas.  Se supone.

     Pero ayer ya traje a casa los 16 soportes para mis Chicas Cuadraditas.  Y realmente me gusta mucho como quedan, con la chance de montaje “amontonado” que quiero, y una cuelga rápida y liviana.  Despojado y divertido.  Se diría que es contrario a mi tendencia al exceso, con mis marcos coloridos de anchos passepartouts contrastantes y vidrios brillantes, pero mis Chicas tienen en su escueta superficie todo el exceso necesario para sentirme bien representada.








   Sobre el piso, en una prueba de visualización conjunta, me gustan realmente mucho. En un solo panel las dieciséis, o en dos bloques de ocho, es una decisión que voy a tomar cuando tenga a las Postales Victorianas ya montadas en sus soportes y determine de una vez si mis Postalitas van también y si las incorporo al stand o no.  Hasta hoy, me conformo con tildar en mi lista de tareas a mis Chicas y sus acrílicos con un OK.























   En mi plan mental está establecido que en el reverso de cada obra irá su correspondiente certificado de autenticidad, también cuadradito.  Puesta a diseñarlos entendí que era IMPRESCINDIBLE que la imagen en cada certificado fuera redonda.  En mi lógica así funcionan las cosas: tanta cuadratura necesita la redondez del círculo para confirmarse mutuamente.  Sin grandes sofisticaciones (¡no me alcanza el tiempo!) tengo unos certificaditos trazados, a los que una vez impresos voy a firmar en original y, si logro los implementos necesarios, agregarle un lacre personal, bonito y exclusivo.  ¿Es necesaria tanta parafernalia?  Absolutamente.





























martes, 13 de septiembre de 2022

 




        Postales de Finis Terra surgió a fines de 2019 como un proyecto autogestionado de enlace entre el arte emergente –carente de apoyo económico y/o patrocinio de entidades públicas o privadas- con los grandes centros y referentes culturales del mundo.


     Finis Terra, se sabe, es el territorio donde moran los artistas independientes, invisibles y marginales al sistema.  Finis Terra no tiene un emplazamiento geográfico sino espiritual: los dominios soberanos de los que nunca salen en las fotos.  Por eso recurrimos a enviar una postal para dar señales de vida.  Una esquelita en una botella lanzada al mar.

 








































       Pero la primera postal inició su recorrido a mediados de febrero, cuando ya la locura de la pandemia extendía sus tentáculos por Europa.  Jamás recibimos acuse de recibo, ignorando si llegaron a destino o, si habiendo arribado, pudieron ser vistas por persona alguna: viajaron cuando todos ya se encerraban en sus casas.  Un viaje a contramano, en un destiempo, un sin destino.   




























    Enviamos unas 17 postales a inicios del 2020, pero la peste se dedicó a hacer -otra vez- el mundo demasiado grande, las distancias insalvables, la comunicación dificultosa, el juego colectivo casi imposible. Esas primeras postales se perdieron en el limbo de un cruce de épocas: el mundo que fue y el que actualmente se sigue configurando vertiginosamente.


      De esas postales, las que eran fragmentarias de mis chicas de Burlesque recientemente vendidas, conservo una pieza de cada una. Postales de Finis Terra que han pasado a ser parte de mi colección personal, de mi bitácora más íntima.






























     ¿Qué conclusión sacamos de todo esto?  Qué no hay conclusión posible, que hay que barajar y dar de nuevo.  Nos cambiaron el tablero en mitad de la partida, habrá que aprender las reglas que nos rigen ahora, repensar la estrategia y empezar de cero otra vez.  Ventajas de artista autodidacta de país subdesarrollado: estamos acostumbradas al proceso de prueba-error, a intentan, a fallar, y a intentarlo otra vez.  Volvemos a empezar.  Nuevas postales, Postalitas, para tratar de asegurarnos que esta vez si lleguen a destino...