miércoles, 24 de marzo de 2021

 








     La obra tuvo una repentina necesidad de foil plata y por un momento pensé que ya estaba, que había llegado la hora de estropearla.  Fue un rato de vértigo...





















      Pero me gustó el resultado y hoy, feriado de benigno otoño, aproveché a posicionar un poco de óleo para intensificar colores.

































Tic-tac, suena el reloj, llega el adiós
Socorro no tengo bengalas
Si no queda amor
Dime qué siento entre el pecho y las alas…

Pablo Alborán, Tabú












domingo, 21 de marzo de 2021

sábado, 20 de marzo de 2021

 


     La lógica de la composición tiene su propia lógica, una que se desarrolla con cada obra.  No hay reglas generales, cada trabajo se va configurando bajo principios individuales y exclusivos que el mismo avance de la obra va determinando sobre la marcha.  O sea: cada obra decide que  va a ser y lo que necesita para ello.  La autodeterminación del arte.  O algo así.

 

     Yo inicio invariablemente con lo que me gusta dibujar, el primer esbozo de un retrato de apacible belleza de inicios del Siglo XX.  Estética clásica que me permite reducir al máximo las líneas, no tanto la forma como la intensidad, no los ojos sino la mirada.

 











    Después mi voluntad desaparece y me dedico a observar y acatar órdenes. Antes de montar el papel blanco sobre un soporte más firme de papel color me deshago del sobrante y como hoy no pinta usar el fuego para eso, sencillamente rasgamos lo innecesario:












 

     La base de color siena tostado determina la gama predominante, y ahí a recordé la bolsa de papel que guardé de la compra en la Tienda del Museo del Prado en mi última visita, en enero del 2017.  ¿Por qué guardé tanto tiempo una bolsa de papel?  Supongo que esperaba la oportunidad de incluirla en alguna obra.  Surgió la oportunidad.






















      Sigue unificar el pegoteo de papeles para dar unidad al conjunto. 





















































     En este momento de la composición, la obra pide otros dos fragmentos de la bolsa de papel con texto impreso, a los que no puedo negarme por que coincido plenamente con lo que transcriben.  Siempre compro algo en las tiendas de los Museos en la creencia que colaboro aunque sea mínimamente con su mantenimiento.  Y, claro, siempre reciclo (porque soy incapaz de tirar nada, pero el resultado es el mismo).

 


















 

     Algo más de pintura y un poco de foil champagne y considero que el fondo está lo suficientemente alistado como para dedicarme al rostro.  Lo divertido será tarea para el domingo.