Avances -desde el
encierro forzado- de “Occasio” (la Ocasión), “Faber
est qvisqve y Fortvnae svae” (de ser arquitecto del propio destino). La figura femenina central es,
indudablemente, una alegoría inconsciente de Lorenza Pellegrini y su
proverbial técnica de manejar la bolita del pinball con la pelvis. Claro, por asociación cósmica de ideas,
aplico foil plata a la orbe alada mientras suena Pablo Alborán cantando “…Busco
corazones que me quieran/ Diferente a su manera/ Que puedan borrar el error del
pasado/ A golpe de cadera…”
“¿Tiene
sentido elegir la Ocasión equivocada para convencerse de que en su momento se
habría elegido la justa? Quién sabe
cuántos de los que hoy han dado la cara lo habrán hecho por eso. Pero una ocasión falsa no es la Ocasión
buena. ¿Podemos ser cobardes porque el coraje de los otros nos parece
desproporcionado a la vacuidad de la situación?
En tal caso, la prudencia nos vuelve cobardes. Por tanto, la Ocasión buena se pierde cuando
nos pasamos la vida acechando a la Ocasión y cavilando sobre ella. La Ocasión
se escoge por instinto, y en ese momento no sabemos que se trata de ella.” Umberto Eco, El Péndulo
de Foucault
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