L´Ermitage se quedó en Madrid.
Se había exhibido
previamente en Barcelona y en Paris, pero su paseo europeo
terminó en Madrid donde encontró su destino.
Otra prueba más de lo intrascendente que es el
artista, el autor de la obra, una vez que ésta se independiza y hace su camino
individual. Mientras L´Ermitage
recorría el Viejo Continente yo me he quedado
en Buenos Aires y sus adyacencias, lidiando con la realidad local, empecinándome
en intentar construir en un entorno que sólo sabe (y quiere) poner obstáculos
insalvables a todo. Argentina, no lo entenderías…
Tomo conciencia por 5 minutos que L´Ermitage
es una de las 350 obras vendidas que refiere el organizados del evento, Artist360
Madrid y es vertiginosa la emoción.
¡Mirá vos!
Vuelvo al
planeta tierra y sigo con las banalidades cotidianas. Pero esta sensación de que tanto trabajo vale
la pena me va a durar un largo rato...