lunes, 18 de noviembre de 2024

 





      Más allá de que algunos tildarían mi estructura psíquica como patológica, que uno no sólo escuche voces sino que le asigne tareas específicas que ejecutan satisfactoriamente, es una ayuda concreta para que el dichoso multitasking que afrontamos los artistas independientes no sea autodestructivo.

      En estos momentos, organizando y preparando la muestra para la Feria de enero, el tic-tac del tiempo me tiene erizada como un gato mientras me divido y desprendo como una escultura de la Minujin.   Una de mis yo se sienta a redactar gacetillas y preparar kits de prensa mientras otra vertiente (a la voz rubia se le da muy bien eso) diseña flyers y folletería para mandar a la gráfica, mientras pide presupuestos para cotejar y construye videítos cortos para difundir en redes.  Otro de mis desprendimientos (la voz más fría y racional, esa tan estructurada y eficaz) se aboca a tramitar expedientes administrativos de Avisos de Exportación, uno por obra, para  un apacible y legal cruce del Rio de la Plata.  La voz más llorona, la buena hija del vecino, se encarga de la logística y se abraza a mi marquero de toda la vida suplicándole que haga lo que quiera que ya no puede decidir ni el color del passepartout ni el ancho de la varilla.






    Otra yo, más viril, trata de explicarle al ferretero que tipo de gancho en L es imprescindible para colocar sobre los paneles del stand y tirar desde ahí la tanza para que soporte el peso de cada cuadro, elige escaleritas de tres peldaños rebatibles y anda con la cinta de medir calculando el espacio de acopio en el baúl y en el asiento trasero del auto para estructurar embalajes milimétricos y seguros.  La voz fría, esa que me agota con su eficiencia, quiere redactar contratos civiles de compraventa internacional que incluyan los certificados de autenticidad, de manera que si hubiera una eventual venta no fuera necesario requerir a los Organizadores la facturación,  y ahí va leyendo legislación comparada del Mercosur para la redacción del proyecto.  A la voz rubia se le ha ocurrido que necesitamos diseñar  sobres para embalar las Postales, individualmente, por si se venden o si quiero regalarlas a guisa de merchandising, porque todas mis yo concordamos que en las ferias uno va a relacionarse y no está de más tener un detalle con la gente correcta.  Alguien, ya no sé quién, se entusiasmó con la idea de souvenires farnellianos para repartir el día de la vernisagge pero no he querido prestar atención y de momento no  incluir más tareas en la interminable lista que tengo pegada en la heladera.

      Aun no se quién se va a ocupar se conseguir los pasajes y bodega en el Buquebus y ni que decir de reservar hospedaje, ya que yo, o sea, lo que queda de mí, simplemente quiere sentarse a dibujar para no enloquecer por completo.  Mis Postales, con sus papelitos de felpa amarillo y rojo, son mi refugio de salud mental































domingo, 10 de noviembre de 2024

 






Avances de  la serie Postales para la MasterArt Fair.  Papel batik rosa recuperado de un trabajo frustrado (y horrible), trocitos de partituras y papel de felpa.  Tinta y grafito.  Casi diría que es aburrido el juego con las variables de siempre, pero realmente es divertido descubrir lo que puede salir de la confluencia de nuestros fetiches.  En lo personal, las pecas en grafito acuarelable son el punto máximo de la composición.  House of Wonderland es una de las Postales que más me gusta.


















































jueves, 7 de noviembre de 2024

 






          

      Me confirman por mail que mi postal arribó sin problemas a Paris para sumarse a la convocatoria de Collages Notes.  Y no deja de sorprenderme que un envío a Europa tarde apenas 5 días hábiles y un envío desde Buenos Aires a Santiago de Chile (países limítrofes Cordillera de por medio) tarde más de un mes.  Es muy difícil organizar plazos de entrega con una logística tan caprichosa y, evidentemente, aun hay cosas que ajustar en lo más al sur de Sudamérica.
















    Pero mi (dudoso) collage en homenaje a Tita Merello llegó a su destino, y esa es la única noticia que me importa.  Mi pequeña obra con sus trocitos de papelitos de felpa (mi actual obsesión) ha iniciado su aventura parisina. ¡Buena fortuna PostCard de Buenos Aires!

















































domingo, 3 de noviembre de 2024

 

      Contrariando mis pacíficos planes de dedicar el fin de semana a avanzar con mis Postales, he sido atrapada por una tarea en teoría grata y en la práctica desesperante: preparar material para un kit de presa.

     Uno sabe que la tarea de prensa y difusión para el éxito de una muestra es esencial.  Si uno quiere que las obras se vean es imprescindible avisar que las obras estarán expuestas en determinado lugar y en determinada fecha.  Cuestión de pura lógica.  Y si bien los organizadores generales de un evento como una feria publicitan, el artista en individual debe también  dedicar tiempo y energía a hacer prensa respecto de su obra focalizado en el público que sigue su trabajo.

     No objeto nada, solo reconozco que es algo que en lo personal me agota de sólo pensarlo.  Entiendo lo que hay que hacer, conozco la forma en que normalmente se hace y tengo algunas ideas de cómo se puede mejorar todo eso.  Pero cuando uno se sienta a darle forma surgen todas esas minucias que me enloquecen: la calidad de las fotos, los textos adecuados para cada función, el estilo y tamaño de la letra, la paleta de colores, el peso del material que sólo se difundirá virtual y la calidad de impresión de lo que se remitirá en papel.  Así, aunque le ponga ganas y me siente dispuesta a solucionar las cosas, las cosas quedan flotando en su nebulosa porque los pequeños detalles me impiden definir nada.  Y así, agobiada y muy frustrada, siento que terminé perdiendo el tiempo sin avanzar ni un solo casillero.

     Después de muchas, pero muchas horas de trabajo, sólo pude armar un borrador de un dossier de imágenes para integrar el kit de prensa que se distribuirá en forma digital.  Hay que ajustar el peso de las imágenes y pulir los textos.  La portada, que debería usarse también en las carpetas a imprimir para contener la información en formato físico, es absolutamente provisoria (por horrible).  Hubo otras  versiones, pero una peor que la otra.


























 

     La biografía que debe incluir el kit es la que uso habitualmente en las postulaciones, por lo que sospecho que debería mejorar ese texto haciéndolo más atractivo y menos ennumerativo.  Y ni que decir de la foto que menos profesional no puede ser (una selfie precaria hecha con un celular muy desvencijado).  Hay que hacer todo de vuelta.







 

     Y con el poster de presentación que va en el ingreso del stand pasa lo mismo: los textos tienen que adecuarse con el tono de la biografía definitiva, hay que hacerlo con fotos profesionales (o que al menos sea nítidas) y la paleta de colores es una gran incógnita, porque tengo que integrar todo el material de prensa con el colorido de las postales y eventuales catálogos, lo que me obliga a dedicarle todavía más tiempo a esta tarea.  Y yo que quería dedicarme a dibujar en paz…













viernes, 1 de noviembre de 2024

 










      Sigo trabajando en mis Postales, el apartado de “arte accesible” de la puesta que planeo  para  la feria de enero en Uruguay.  Como las cosas se ordenan en el cosmos según nuestras necesidades (si es que uno presta la suficiente atención), en estos días leí una gran definición de arte accesible: “The 'Art For All' Auction presents an incredible opportunity for collectors and art lovers to get their hands on some of the very best figurative art, at truly competitive prices. For a minimal investment, these small works, by renowned and emerging artists alike will bring warmth and soul into your home and have the potential to appreciate in value over time.”  Clare O'Brien, CEO, Mall Galleries / Federation of British Artists

 

     La posibilidad de presentar trabajos pequeños, en mi caso, tiene como objetivo exactamente eso: generar la oportunidad para que  coleccionistas y  amantes del arte en general  puedan adquirir pequeñas obras a precios verdaderamente competitivos. Por una inversión mínima, estas Postales (tan estrafalarias como el resto de mi obra, si no aún más) podrán aportar calidez y alma -y algo de locura farnelliana- al espacio personal del espectador con el plus de la expectativa de que aumenten su valor con el correr del tiempo.  Si uno quiere que la obra circule y se conozca, el recurso del pequeño formato es una muy buena estrategia de difusión.  Así que sigo por ese camino.  Me espera un fin de semana dedicado en exclusividad a mis Postales (y a otro medio centenar de cosas como de habitual).


































lunes, 28 de octubre de 2024

 








Avances de Un ejercicio de memoria

     Finalmente me hice de un rato para trabajar en el retrato central.  Si bien la base y la primera mano la había pintado al óleo, no tenía ganas de seguir con esa técnica.  Y estando en plena temporada de extravagancias, me permití hacer un experimento que me revoloteaba en la cabeza desde hacía un tiempo.  Me propuse trabajar el rostro con lápices acuarelables a los que iba a diluir no con agua esta vez sino con tinta al alcohol de unos marcadores.  Podía salir bien o dar por perdida la obra definitivamente.  Probé.  Me gustó bastante el resultado.











 

     La textura de la piel quedó suntuosa, con unos empastes en blanco de pintura a la tiza para algunas luces y resaltar el cabello.  Probablemente tenga que pulir algunos detalles, pero hasta acá avanzamos satisfactoriamente.

 





     Pero en cuanto al resto de la composición, la encontraba demasiado “ordenada”.  Si, en el fondo hay un montón (literalmente “¡un montón!”) de imágenes diversas que evocan la universalidad cultural, pero todas tan prolijamente alineadas y enmarcadas por el laberinto dorado que se me enervan los nervios.  Necesito más libertad, formas que se salgan de los planos, más improvisación y capricho.  Y necesito luz, no hay ni un vestigio de papel crudo en el conjunto.  Así que voy a agregarle un poco.

 

      Añado un dibujo en tinta en gel sobre papel blanco de una alegoría de la inspiración, de la evocación a las musas.  Dice el bando (que dejo en papel sin tratar, para que aporte  un poco de iluminación lateral al retrato)  “Ego Musarum Sacerdos”, algo así como “soy el sacerdote de las musas”, quien las invoca y quien las domina.  El dueño de las musas.

















     Un poco más satisfecha y ya dispuesta a agregar más imágenes superpuestas en papeles de otras textura, me distraje con el galeón y sus monstruos marinos.  Necesito más barcos, me dije, y por qué no agregarle barquitos de papel.  Sólo que como hay tanta reminiscencia a oriente, opté por usar un papel de diario que llegó a mis manos envolviendo unos cuenquitos que me trajeron de Marruecos como souvenir hace un par de años.  Los cuenquitos los agradecí, pero me fascinó el bollo de papel en el que venían protegidos para el viaje en avión.  Guardé esos fragmentos de periódico en escritura árabe como un tesoro, para usarlos alguna vez en algo.  Llegó el momento.  Confeccioné tres barquitos de papel que fueron a navegar con el galeón solitario y sus monstruos marinos.




































    Ahora estoy muy abocada en agregarle un diseño de laberinto sobre el papel de felpa amarilla que estoy usando en mis Postales.  Ese papelito aterciopelado me tiene trastornada.  Por un  momento traté de resistir la tentación, traté de mantenerme contenida, pero después de incorporar los barquitos árabes abandoné toda prudencia y determiné oficialmente que  Un ejercicio de memoria será mi liberado campo de juego.