Entre una cosa y otra (entre tantas
cosas que no debería estar haciendo al mismo tiempo pero… bueno…) dediqué un
tiempo para trabajar en mi colaboración en Dare-Zine 10: The Leporello,
un publicación diseñada en conjunto entre 28 artistas bajo la coordinación de Dare
Zine, una revista y comunidad de creación & reflexión (https://www.dare-zine.com/), emplazada físicamente a un
mundo de distancia de mi: en Bulgaria.
Pero internet hace su magia y acá estamos, colaborando entre artistas de
tierras tan distantes como si nos juntáramos en el bar de la esquina.
La idea es
armar una publicación impresa en formato acordeón (leporello) donde cada
artista va sumando su trabajo tras el del otro, vinculando (o no) las obras. Mi turno es el quinto, del 14 al 27 de abril debería
componer mi trabajo para sumarlo. Y sabemos
que en dos semanas no tengo margen para mi demorado y apacible gusto por lo intrincado. Así que elaboré un concepto de trabajo (en realidad,
el mismo de siempre: una postal desde Finis Terra), y me propuse
hacer la base de una PostCard que simbolizara ese rodaje por el mundo, esa
chance de ir de un lugar a otro, recogiendo experiencias, elaborando un mensaje
común. Y luego, en mis dos semanas, agregar
y superponer algún que otro diseño que unifique o vincule mi obra con las anteriores. En principio,
este es mi plan “A”. Y aunque cierto es que muchas veces es el
plan “B” el que funciona, de momento avanzamos por acá.
Arranco
como siempre: un retrato que me gusta, un poco de fuego, un papel artesanal
batik. Un inicio tradicional.
Un angelito
superpuesto con un papel base rosa para que ilumine más la tinta blanca:
Agregué una versión del Uróboro en papel lila, el eterno retorno, con un ojo central, jugando con la simbología alquímica que dice que todas las cosas están unidas, que la materia física y espiritual nunca desaparece, sino que cambia de forma en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación.
Hasta ahí venia
con una elaboración muy conceptual, todo muy intelectualizado. Pero justo ahí tuve que ir de compras a una
farmacia, de esas que son una especie de mercado persa, y la tentación absurda
de comprar confeti lila y dorado para incluirlo en mi trabajo fue
irresistible. “La única manera de
librarse de la tentación es ceder ante ella” aconseja Oscar
Wilde en El Retrato de Dorian Gray. Y le hice caso. Compré la bolsita de confeti
y lo pegué en mi diseño.
Agrego un logo clásico de Post Card y una mano que señala el camino hacia “amazing tricks and treats”.
Adherí unos papelitos rosa recortados como
estampillas y un fragmento de papel artesanal blanco para introducir un texto que
destaque.
Y una
unificación final, una estampilla neoyorquina, una de Argentina con sello de
Buenos Aires, una dirección de Paris, un matasello del Consulado de Chile. Acentuar sombras y luces en el retrato.
Y ahora a esperar a mis días de Abril para terminarla
formalmente.