Abandono
esta primera versión de La Reina de Diamantes. No puedo precisar exactamente qué es lo que me
disgusta, pero definitivamente no puedo seguir con ella. Es
una especie de desgana, una falta de entusiasmo que me impide seguir y dar el
toque final, ese ultimo paso que unifica e integra. No es que no me guste algo en particular, el
retrato es lánguido, el juego de referencias posibles es muy a mi manera (el
jubileo de diamante de la Reina Isabel, un fragmento de Lucy in the Sky with
Diamonds, la carta original puntillosamente trazada a mano sobre distintos
soportes de papel). Pero no
puedo ponerme a trabajar más con ella. Se
que no está completa, pero hay una barrera entre nosotras que me imposibilita regresar y terminar. Está inconclusa
y su destino (la muestra de agosto) se frustró por completo.
Pero no
abandono el plan de crear una serie de Las Reinas de la Baraja. Intento con la Reina de Picas (algo
más pequeño, sin bastidor de base, después veré como me las arreglo para la cuelga),
y para consentirme tras la frustración vuelvo a trabajar sobre un papel metalizado oro. Veremos si por ahí encontramos lo que estamos
buscando.
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