¿En qué
estamos? Además de subsistir en un letargo sudoroso, esperando que pase esta
ridícula ola de calor, trato de resumir en una obra la idiosincrasia de mi
trabajo. O sea, que haya fuego, que haya
ornamentación excesiva, una figura femenina clásica, fragmentos de paisajes de
recovecos, grafías antiguas, quizás un rinconcito para despuntar mi vicio
cartográfico.
¿Para qué un compendio de mis obsesiones? Me han sugerido intentar una feria en
diciembre, solo una pared con espacio a lo sumo para dos obras que puedan
definirme con contundencia. Así que nos
hemos puesto el objetivo de componer con esa premisa: todo junto en el mismo lugar, amontonado y
desbordante, caprichoso y juguetón, para
explicar visualmente que hacemos y quienes somos.
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