miércoles, 27 de noviembre de 2024

 






 

   Voy tachando de mi lista un pendiente cuando se me multiplica por dos una tarea que creía ya hecha.  Había realizado todos los Trámites a Distancia para los avisos de exportación de las obras que van a viajar a Uruguay, pero encantadoramente, en vez de notificarme que cada expediente se cumplimentó con éxito, me  dicen que pasan a archivo directo porque el pasado 25 de noviembre (¡hace dos días!) se cambió TODA la normativa para la importación y exportación de Obras de Arte en el país.  Probablemente (no discuto eso) sea ahora más simple el tramiterío, pero yo ya había aprendido a hacer (¡y ya HECHO!) el más engorroso trámite anterior. Y ahora vuelvo al casillero de salida a tener que leer las nuevas reglas de juego para empezar otra vez.    Respiro.  Sigo. 








      Como de costumbre, todos los trabajos de gráfica (postales, tarjetas, algún flyer) entran en el limbo de la indefinición perpetua.  Completé el pedido en línea como es de uso habitual, mandé diseños y especificaciones técnicas y sigo a la espera de que me confirmen algo, lo que sea, y me den una fecha estimada de entrega.  Porque sabemos que cuando el material sale de la gráfica descubrimos que la impresión, los textos o el color son defectuosos y tenemos que volver a hacer todo de vuelta.  Por ese lado, seguimos sin  concretar nada.








     Respiro y trato de concentrarme en los pendientes a punto de tachar: esta semana tendría todas las obras a viajar debidamente enmarcadas y listas para el embalaje, ya reservados los pasajes y probablemente se confirme el hospedaje en las próximas horas. Cancelé el saldo pendiente con los Organizadores de la feria por el stand y debería a partir del lunes dedicarme a difundir el material de prensa conforme lo pautado.  Podría pensar que más o menos está todo encausado, pero llevo demasiado tiempo en este negocio como para no saber que en las próximas semanas me espera un elevado nivel de locura, crisis caóticas e imponderables varios.  Respirar y seguir.

 

















lunes, 18 de noviembre de 2024

 





      Más allá de que algunos tildarían mi estructura psíquica como patológica, que uno no sólo escuche voces sino que le asigne tareas específicas que ejecutan satisfactoriamente, es una ayuda concreta para que el dichoso multitasking que afrontamos los artistas independientes no sea autodestructivo.

      En estos momentos, organizando y preparando la muestra para la Feria de enero, el tic-tac del tiempo me tiene erizada como un gato mientras me divido y desprendo como una escultura de la Minujin.   Una de mis yo se sienta a redactar gacetillas y preparar kits de prensa mientras otra vertiente (a la voz rubia se le da muy bien eso) diseña flyers y folletería para mandar a la gráfica, mientras pide presupuestos para cotejar y construye videítos cortos para difundir en redes.  Otro de mis desprendimientos (la voz más fría y racional, esa tan estructurada y eficaz) se aboca a tramitar expedientes administrativos de Avisos de Exportación, uno por obra, para  un apacible y legal cruce del Rio de la Plata.  La voz más llorona, la buena hija del vecino, se encarga de la logística y se abraza a mi marquero de toda la vida suplicándole que haga lo que quiera que ya no puede decidir ni el color del passepartout ni el ancho de la varilla.






    Otra yo, más viril, trata de explicarle al ferretero que tipo de gancho en L es imprescindible para colocar sobre los paneles del stand y tirar desde ahí la tanza para que soporte el peso de cada cuadro, elige escaleritas de tres peldaños rebatibles y anda con la cinta de medir calculando el espacio de acopio en el baúl y en el asiento trasero del auto para estructurar embalajes milimétricos y seguros.  La voz fría, esa que me agota con su eficiencia, quiere redactar contratos civiles de compraventa internacional que incluyan los certificados de autenticidad, de manera que si hubiera una eventual venta no fuera necesario requerir a los Organizadores la facturación,  y ahí va leyendo legislación comparada del Mercosur para la redacción del proyecto.  A la voz rubia se le ha ocurrido que necesitamos diseñar  sobres para embalar las Postales, individualmente, por si se venden o si quiero regalarlas a guisa de merchandising, porque todas mis yo concordamos que en las ferias uno va a relacionarse y no está de más tener un detalle con la gente correcta.  Alguien, ya no sé quién, se entusiasmó con la idea de souvenires farnellianos para repartir el día de la vernisagge pero no he querido prestar atención y de momento no  incluir más tareas en la interminable lista que tengo pegada en la heladera.

      Aun no se quién se va a ocupar se conseguir los pasajes y bodega en el Buquebus y ni que decir de reservar hospedaje, ya que yo, o sea, lo que queda de mí, simplemente quiere sentarse a dibujar para no enloquecer por completo.  Mis Postales, con sus papelitos de felpa amarillo y rojo, son mi refugio de salud mental































domingo, 10 de noviembre de 2024

 






Avances de  la serie Postales para la MasterArt Fair.  Papel batik rosa recuperado de un trabajo frustrado (y horrible), trocitos de partituras y papel de felpa.  Tinta y grafito.  Casi diría que es aburrido el juego con las variables de siempre, pero realmente es divertido descubrir lo que puede salir de la confluencia de nuestros fetiches.  En lo personal, las pecas en grafito acuarelable son el punto máximo de la composición.  House of Wonderland es una de las Postales que más me gusta.


















































jueves, 7 de noviembre de 2024

 






          

      Me confirman por mail que mi postal arribó sin problemas a Paris para sumarse a la convocatoria de Collages Notes.  Y no deja de sorprenderme que un envío a Europa tarde apenas 5 días hábiles y un envío desde Buenos Aires a Santiago de Chile (países limítrofes Cordillera de por medio) tarde más de un mes.  Es muy difícil organizar plazos de entrega con una logística tan caprichosa y, evidentemente, aun hay cosas que ajustar en lo más al sur de Sudamérica.
















    Pero mi (dudoso) collage en homenaje a Tita Merello llegó a su destino, y esa es la única noticia que me importa.  Mi pequeña obra con sus trocitos de papelitos de felpa (mi actual obsesión) ha iniciado su aventura parisina. ¡Buena fortuna PostCard de Buenos Aires!

















































domingo, 3 de noviembre de 2024

 

      Contrariando mis pacíficos planes de dedicar el fin de semana a avanzar con mis Postales, he sido atrapada por una tarea en teoría grata y en la práctica desesperante: preparar material para un kit de presa.

     Uno sabe que la tarea de prensa y difusión para el éxito de una muestra es esencial.  Si uno quiere que las obras se vean es imprescindible avisar que las obras estarán expuestas en determinado lugar y en determinada fecha.  Cuestión de pura lógica.  Y si bien los organizadores generales de un evento como una feria publicitan, el artista en individual debe también  dedicar tiempo y energía a hacer prensa respecto de su obra focalizado en el público que sigue su trabajo.

     No objeto nada, solo reconozco que es algo que en lo personal me agota de sólo pensarlo.  Entiendo lo que hay que hacer, conozco la forma en que normalmente se hace y tengo algunas ideas de cómo se puede mejorar todo eso.  Pero cuando uno se sienta a darle forma surgen todas esas minucias que me enloquecen: la calidad de las fotos, los textos adecuados para cada función, el estilo y tamaño de la letra, la paleta de colores, el peso del material que sólo se difundirá virtual y la calidad de impresión de lo que se remitirá en papel.  Así, aunque le ponga ganas y me siente dispuesta a solucionar las cosas, las cosas quedan flotando en su nebulosa porque los pequeños detalles me impiden definir nada.  Y así, agobiada y muy frustrada, siento que terminé perdiendo el tiempo sin avanzar ni un solo casillero.

     Después de muchas, pero muchas horas de trabajo, sólo pude armar un borrador de un dossier de imágenes para integrar el kit de prensa que se distribuirá en forma digital.  Hay que ajustar el peso de las imágenes y pulir los textos.  La portada, que debería usarse también en las carpetas a imprimir para contener la información en formato físico, es absolutamente provisoria (por horrible).  Hubo otras  versiones, pero una peor que la otra.


























 

     La biografía que debe incluir el kit es la que uso habitualmente en las postulaciones, por lo que sospecho que debería mejorar ese texto haciéndolo más atractivo y menos ennumerativo.  Y ni que decir de la foto que menos profesional no puede ser (una selfie precaria hecha con un celular muy desvencijado).  Hay que hacer todo de vuelta.







 

     Y con el poster de presentación que va en el ingreso del stand pasa lo mismo: los textos tienen que adecuarse con el tono de la biografía definitiva, hay que hacerlo con fotos profesionales (o que al menos sea nítidas) y la paleta de colores es una gran incógnita, porque tengo que integrar todo el material de prensa con el colorido de las postales y eventuales catálogos, lo que me obliga a dedicarle todavía más tiempo a esta tarea.  Y yo que quería dedicarme a dibujar en paz…













viernes, 1 de noviembre de 2024

 










      Sigo trabajando en mis Postales, el apartado de “arte accesible” de la puesta que planeo  para  la feria de enero en Uruguay.  Como las cosas se ordenan en el cosmos según nuestras necesidades (si es que uno presta la suficiente atención), en estos días leí una gran definición de arte accesible: “The 'Art For All' Auction presents an incredible opportunity for collectors and art lovers to get their hands on some of the very best figurative art, at truly competitive prices. For a minimal investment, these small works, by renowned and emerging artists alike will bring warmth and soul into your home and have the potential to appreciate in value over time.”  Clare O'Brien, CEO, Mall Galleries / Federation of British Artists

 

     La posibilidad de presentar trabajos pequeños, en mi caso, tiene como objetivo exactamente eso: generar la oportunidad para que  coleccionistas y  amantes del arte en general  puedan adquirir pequeñas obras a precios verdaderamente competitivos. Por una inversión mínima, estas Postales (tan estrafalarias como el resto de mi obra, si no aún más) podrán aportar calidez y alma -y algo de locura farnelliana- al espacio personal del espectador con el plus de la expectativa de que aumenten su valor con el correr del tiempo.  Si uno quiere que la obra circule y se conozca, el recurso del pequeño formato es una muy buena estrategia de difusión.  Así que sigo por ese camino.  Me espera un fin de semana dedicado en exclusividad a mis Postales (y a otro medio centenar de cosas como de habitual).