Ahora si
vertiginosa cuenta regresiva. Anoche, últimas
horas del 1 de enero, veo publicada una de mis obras en Que Hacemos Hoy, una pequeña publicación de difusión muy, pero muy
masiva tradicionalmente en Punta del Este. Recuerdo mi primer viaje (a inicios
de la década del 90), bastante improvisado y con escaso presupuesto, apenas
arribar a la ciudad y parar en uno de los Centros de Información Turística a
fin de ver hospedaje económico me hice de una de esas revistitas tomando conciencia de la ebullición del lugar. Mis múltiples viajes posterior siempre tuvieron
como guía a la pequeña Que Hacemos Hoy en papel. Anoche, ver en ella reproducida mi obra
como ilustración de la reseña de la MasterArt Fair fue alucinante,
cerrar un círculo. La ciudad de la que
me he enamorado profundamente me corresponde el afecto. Apabullante emoción.
Y hoy, 2 de
enero, a primera hora de la mañana recibo la confirmación de la aprobación de
mi tramite de Admisión Temporaria por ante la Ventanilla Única de Comercio Exterior
de Uruguay. Tener finalmente todo
el papelerío listo es otro golpe emocional.
Ya está (¡finalmente!) todo en condiciones para arrancar el viaje. Vértigo infinito.
Probablemente todas estas minucias de organizar una muestra a nivel
internacional sean menos engorrosas para otros artistas que lo hacen con el apoyo
o a través de una galería o un art dealer.
Esta vez he hecho todo absolutamente sola con mi alma. Si, intencionalmente, convencida que la
autogestión del artista tiene que ser la manera de moverse contando con tantas
herramientas digitales a disposición. Igual, sigue siendo el trabajo de media docena de personas compendiadas
en una sola espalda. Pero pudimos
hacerlos. Y definitivamente, valió la
pena. Queda la logística de traslado ahora:
embalar debidamente las obras, acomodarlas en un auto y subir al barco para después
enfrentar la ruta. Pero esa parte tiene
tanto de placer que compensa cualquier cansancio. Seguimos.
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