Los artistas independientes y auto-gestionados
hacemos malabares con nuestro multi-target cotidiano: ocuparnos de nuestra obra (cuando podemos), estar atentos de la logística
de si tal obra llegó a destino, si esta otra ya emprende la vuelta, cuando es
la fecha de cuelga en un evento local, cuando se nos vence el plazo de ir a
retirar aquella otra… Además hay que
seguir el desarrollo de cada exhibición para documentarlo e incluirlo en
nuestra bitácora, investigar constantemente sobre convocatorias, concursos y oportunidades
diversas de difusión, analizar
posibilidades, armar estrategias, tirar una moneda a cara o cruz para ver donde
postulamos. Enmarcar, embalar, mover con seguridad, reponer vidrios toros. Estar atenta para mantener actualizada nuestra
presencia en línea. Responder en tiempo
razonable cualquier consulta o muestra de interés en la obra. Y,
además, y no menos importante, trabajar
en algo que nos genere el dinero necesario para poder sostener todo lo
demás. Lindo y tranquilo. Así es la vida.
En
estos días me reservé el tiempo de armar dos postulaciones, una local y otra en
el exterior. Como la experiencia me dice
que siempre se consigue menos de un tercio de lo que se concursa, la estadística apunta que estas dos
no tienen demasiada chance. Pero lo
hacemos igual. Vida de artista independiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario