lunes, 25 de noviembre de 2019



Avances de fin de semana



























































     La obra busca unificar el revoltijo de mis alegres incongruencias.  El color y algunas líneas se mixturizan, se entrecruzan imágenes para ir dejando sólo mínimos sectores con el papel base desnudo.


      Muchas veces es el blanco del papel sin trabajar el que queda como suave textura de piel en los rostros.  Cuesta mantenerlo limpio tras la intervención descontrolada del fuego y el agua (agua para apagar el fuego, agua para ayudar a adherir el papel industrializado al papel artesanal, agua para limpiar el exceso de pegamento, agua para trazar con acuarela el paisaje, agua para difuminar los lápices acuarelables, agua que cuando toca la tinta desparrama sin remedio…), más mi innata torpeza de arrastrar la pintura con los antebrazos.  Es un desafío, la misión casi imposible de hacer todo el despliegue errático y desbordado en el contorno, superponiendo texturas y disciplinas  sin pudor, pero resguardando en el retrato central él mínimo absoluto de la acción creativa.  En eso estamos.











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