viernes, 22 de julio de 2022

 






       Mientras que alrededor todo se desmorona (mega crisis económica-política número 4 o 5 que me toca experimentar en mi pobre país) me informan la aceptación de mi postulación para ser parte de la Art Week Chile 2022 el próximo noviembre.  Y como por acá todo está tan trastornado, en vez de alegrarme por la noticia entro en pánico ante las infinitas dificultades que me esperan para concretar los pagos de aranceles, trasladar la obra y viajar al otro lado de la Cordillera de los Andes.






 


     Superado el ataque de ansiedad inicial, el sentido común manda construir el organigrama de trabajo: primero, pagar aranceles para confirmar el espacio, segundo, determinar la obra y el criterio de la puesta, establecer una idea o tema rector tanto para el montaje como para el diseño de catálogos y folletería.  Tercero, establecer modo de traslado de obra para evaluar enmarcado acá o allá.  Cuarto, tramitar papelerío gubernamental para autorizar ida y vuelta de las obras.  Quinto, diseñar gráfica para enviarla a imprenta con tiempo suficiente.  Sacar pasajes en el momento que se pueda en esta vorágine de disparada del valor del dólar.  Hacer alguna reserva de hotelería vía web en cuanto haya diez minutos libres.  Comprar una cantidad suficiente de ansiolíticos para atravesar todo el proceso.








 

        Una vez que mi cabeza organizó un plan de acción, recupero un poco la calma y recuerdo que ya vengo trabajando con la idea de facilitar la participación en ferias internacionales.  Si bien se volvió imposible acceder a las tradicionales ferias en California y Miami de septiembre y diciembre, mis Chicas Cuadraditas cumplen la premisa de obras pequeñas que entren en una valija fáciles de enmarcar en la ciudad de destino.  








        Así que continuo con ese plan: obras de 30X30 para exhibir juntas, como un bloque común.  En la Art Week Chile se monta sobre stands individuales, muy líndos, con un panel central de 2,50 metros de largo por 2 metros de alto, por lo que alinear mis cuadraditos puede lucir muy bien, además de posibilitar la cuelga con cinta bifaz si el enmarcado es liviano. 








           Llevando la obra en una valija pequeña en cabina conmigo, el enmarcado quedaría para Santiago. Si pudiera diseñar un soporte en acrílico y hacerlo en BAires, podría despacharlo también en valija, por bodega, viajando todo conmigo.  Pero esto depende de que se pueda hacer algo acá, donde el desclabro económico inmoviliza y no te presupuestan nada.  Más aún, no sé si habrá acrílico disponible y si lo venderán ante la falta de precio.  Tres meses debería ser tiempo suficiente pero no lo es,  nuestro mantra reza: esto es Argentina, no lo entenderías…







 

               Pero desde que tengo memoria todo siempre ha sido más complicado que lo necesario y uno está acostumbrado a vivir dentro de El Proceso de Kafka, así que nos arremangamos y le damos para adelante.  Las cosas se logran por perseverancia y terquedad.  Sobre todo terquedad, la obcecación asnal que refiere Almafuerte, en mi caso, de mula.

 

Obcecación  asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...


Almafuerte (Pedro Bonifacio Palacios), ¡Avanti!, fragmento










2 comentarios:

  1. Penoso, pero una realidad actual. Nuestros artistas Latinoamericanos estan pasando "el Niagara en bicicleta" como decimos los Dominicanos. El valor del dolar en nuestros paises les esta imposibilitando la difusion de su arte. Penoso, pero una realidad actual. Yo pido a todo aquel, aficionado al arte, aquel que entiende la importancia de la difusion del arte a nivel internacional, que si esta a su alcanze, que por favor ayude a los artistas. Nuestro arte no debe de parar de representar nuestra cultura, nuestros talentos. Gracias por compartir este blog. Haz tocado mi corazon y si pido ayuda para los artistas, tambien debo yo darla y eso hare. Gracias Gabriela Farnell.

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    1. Es así, Yorka. Para los artistas latinoamericanos es casi imposible acceder a ferias internacionales por problemas económicos. Pero creo que hoy, gracias a internet, podemos buscar alternativas e insistir, contactando a otros artistas en los paises anfitriones de los eventos y, aunque no podamos viajar nosotros, arbitrar formas que la obra viaje y se visibilice. Los artistas podemos ayudarnos con acciones practicas desde distintos puntos del planeta contactando por las redes. Pese a todo hay que insistir. Gracias por tu comentario, que comparto totalmente. Un gran saludo desde Buenos Aires!!

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