sábado, 30 de julio de 2022

 












     Me notifican el rechazo de mi postulación para la BienalSur 2023.  Y aunque era previsible (muy previsible) y si a algo estoy acostumbrada es a no ser seleccionada para proyectos nacionales, me gana la indignación.

 




  

    Tal vez sea por el tono genérico e impersonal del aviso de rechazo, por no molestarse en un “querida Gabriela…” que al menos hace suponer que a uno lo identifican como un “uno”.  O tal vez porque me cuesta creer que los  “ejes curatoriales”  me dejen afuera.  Seguramente un “eje” trazado sobre el neofeminismo y el empoderamiento de la mujer habrá en el evento, pero se ve que yo (mujer y feminista desde antes de que estuviera de moda) no califico a ese “eje”.







 

      A ser sincera, estoy furiosa.  Y es innecesario, porque sabía de antemano que un evento organizado por la Universidad de Tres de Febrero, sitio ultra politizado y de corte fanático del actual régimen político, ya tendría los cupos cubiertos por sus militantes desde antes de lanzar la convocatoria.  Esto es hecho por ellos y para ellos, si estás afuera te quedás afuera. Así son los muchachos, muchachas y muchaches peronistas.  Era obvio que no me iban a aceptar.  ¿Yo quería ser parte?  Yo no, pero mi obra sí.  En un evento de carácter nacional con proyección internacional, para mostrar al mundo lo que se está haciendo por estos lados, claro que me interesaba que mi obra fuera incluida.  Soy argentina y toda mi obra se compone acá, en el Sur más al sur, soy un exponente (bueno o malo, pero honesto y constante) de lo que se cocina en estas tierras.  Quería ser parte.  Pero no, yo no pertenezco a la secta (gracias a todos los dioses de todos los credos por ello).  Otro evento nacional vedado para mi.  Una auténtica costumbre argentina.

     Mis chicas de Ars Liberales deberán seguir esperando otra oportunidad para salir al ruedo.  Seguiremos buscando algo para ellas.








































No hay comentarios:

Publicar un comentario