Empezamos
de nuevo. Un retrato de una dama del siglo
XX y fuego para jugar imprevisiblemente.
Papel artesanal
de un celeste intenso para sostener y completar los restos del boceto
chamuscado y estamos listas para demorarnos en el placer de dibujar.
En estos últimos meses, en diversas conversaciones, personas
distintas han vinculado mi trabajo con el art-decó. Por costumbre no discuto, si eso les parece,
está bien, aunque no creo que lo que hago esté tan influenciado por ese
estilo. Si coincido con la estética femenina de época y predomina el dibujo por sobre la pintura, pero no mucho más. Pero como soy así de contradictoria,
decido dar a este retrato una clara impronta art-decó. Me propongo trazos excesivos para un fondo muy decorativo. La clave
está en lo excesivo, lo que definitivamente es mi estilo. Es enero, se trata sólo de disfrutar.
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