sábado, 28 de enero de 2023

 








     Aunque uno intente evadirse de la realidad -sabido es que vivo en mi propio planeta la mayor parte del tiempo- el absurdo imperante en mi país es tan extremo que resulta imposible no verse condicionado.  Una versión de pan y circo patética y decadente que obliga a la vergüenza ajena ante el comportamiento público del régimen gobernante.  Y aunque uno intente escaparse hacia el trabajo creativo, arrastra consigo gran parte de este espanto cotidiano.  Pan y circo, pan verde con gorgojos y un circo lastimoso y deshilachado donde los políticos han usurpado malamente el rol de payasos y acróbatas. Panem et circenses.

 

     Vuelvo a un viejo proyecto circense, convencida hoy de que su puesta conjunta es lo único que podría exhibir en BAires (si alguna vez consigo espacio para hacerlo).  Una parte de obras construidas sobre basura, sobre material de descarte como cajas de embalajes, rollos de cartón de papel de cocina y servilletas.  Al mismo tiempo que otros proyectos, va tomando forma en mi taller un diorama en túnel que estoy edificando dentro de una caja de cartón de un delivery:



























































 

     Con rollos de cartón, palitos de sushi y los pirotines de papel encerado de unas galletitas danesas di estructura a unas Coristas de Circo que aún me faltan terminar:
























 

     Y un retrato sobre papel quemado donde planeo probar unas extravagantes acuarelas artesanales que conseguí hace poco en una feria de diseño e ilustración en Recoleta:






































     Es la única manera que concibo de combatir ferozmente el pan y circo: con mucho trabajo.













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