Lentos
avances en mi Chica Plateada.
La base blanca es frágil y al dibujar con tinta la rasgo y la despego,
arruino lo hecho y vuelta a empezar. Me
obliga a ir muy lento, a agregar un poco de acrítico aquí y allá, peleando con
la nula adherencia del papel metalizado, y a usar el dimensional como agarre
extra en las zonas más delicadas. Pero
pese a lo desafiante de trabajar sobre un papel tan inconveniente, es muy
placentero esto de ir subiendo despacito, capa por capa, con más cuidado del
habitual para lograr trazar un fondo. Si
fuera fácil no sería tan divertido.
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