Nec
Timeo Nec Sperno
Mixtura
sobre papel intervenido con fuego
42
X 60 cms
Me viene a la cabeza una vieja discusión, de hace
añares, cuando era joven y vehemente, sabiendo exactamente lo que quería aunque
no pudiera precisarlo ni en palabras ni en hechos. Alguien, seguro con buena intención, me decía
que el único camino era la pintura, el lienzo y el óleo con su textura de empaste
y espátula; que sólo esa rusticidad podía
competir con la fotografía en su carrera triunfal por esos entonces a ocupar paredes
con la lustrosidad del poster. Y yo quería
sostener (aun sin tenerlo claro) que la textura también podía ser otra
cosa. Vino el arte digital y ahora la
inteligencia artificial, y me encuentro finalmente con la explicación exacta de
eso que quería decir aquella vez: el papel maltratado, las tintas y los leves
recursos pictóricos del dibujante pueden dotar de una corporeidad a la obra que
ningún medio mecánico ni digital podrá jamás.
El papel
se engrosa y se arruga, se rasga, se entorpece, y ahí está la voluptuosidad de
la piel humana, la ligereza de la seda, el duro resplandor del metal. La línea que se diluye, esa tenue sombra de acuarela
que se contrasta en la opacidad del acrílico en una luz inesperada. Eso es textura. Eso está ahí, en el original, en su unicidad caprichosa,
imprevisible, exclusiva y personal. Si supiera donde estás te
lo podría explicar hoy: la textura también está en el papel y en el trazo definido
del dibujante. En el agua y en el fuego como herramientas de composición. La textura en la mixtura de soportes y medios. Eso quería hacer, eso es lo que hago.
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