La totalidad de las imágenes que se reproducen en este blog corresponden a obras de mi autoría.
jueves, 30 de mayo de 2024
miércoles, 29 de mayo de 2024
Avances
y caprichos. Incluí un ruiseñor de
Dinamarca, o un ruiseñor a cuerda como aquel que entusiasmó al Emperador
de China según nos cuenta Andersen.
En el
interín, recorté unos fragmentos de partitura musical para la cola y el
engranaje central del pajarito, y me quedó el título de la partitura en la mano
y fue inevitable incluirlo en la composición.
Beppo se convirtió en un gato correntino.
Creo que a Borges le hubiera hecho mucha gracia.
Para
equilibrar laterales con texto, le agregué a mis (falsos) tigres azules una leyenda en chino, que se supone dice “la
fortaleza del Tigre”. Quién sabe si
el traductor en línea es fiable en esa grafía, lo que vuelve un misterio lo que realmente
escribí ahí.
Seguirá dedicarle
un buen tiempo al retrato central, para sacarlo un poco al frente,
adelantándolo por sobre todo lo demás.
Veremos que sale.
lunes, 27 de mayo de 2024
Tomando
como inspiración el precioso libro de Silvia Rins, El penúltimo
infierno de Borges, me dispuse a jugar con un fragmento de su primer
capítulo, Tres Sueños. Toda
la mística borgeana está ahí, así que me di licencia para recurrir a mi propia mitología
personal y recuperé ese retrato que adoro del Maestro y que fue el primer “dibujo”
con conciencia de dibujo que tracé hace, ¡qué barbaridad! ya 30 años. Por entonces, aun empeñada en pintar, alguien
con sentido común me dijo que, si mi base de dibujante era tan fuerte, ¿por qué
no, simplemente, dibujar? Acaté el consejo
y terminé con mi primeria serie de
dibujos en la Manzana de las Luces.
Hoy, El Inmortal está con paradero desconocido, supuestamente en territorio patagónico. Larga historia. Pero retomo sus expresivas manos capaces de construir un universo y desde ahí vuelvo al juego que más me gusta jugar. Inicio con el retrato conocido, pero ahora el fuego es un compañero inevitable que tambien participa:
Y el papel de color sólido como base de resguardo para
lo que sobrevive de las llamas y el agua necesaria para mantener el control.
Un antiguo mapa de Dinamarca como un escaso
fondo distante y el trazado de Beppo, con sus ojos hipnóticos.
Beppo y
tigres de Oriente, que quise fueran azules pero a veces me condiciona el
papel disponible en mi tablero. Veremos como
adecuar su tonalidad más tarde.
Seguimos.
sábado, 18 de mayo de 2024
sábado, 11 de mayo de 2024
miércoles, 1 de mayo de 2024
A principio
de los 90, en una de mis primeras exhibiciones en solitario, expuse en la sala vidriera
del Diario del Viajero – Agencia Periodística CID, Av. De Mayo 666,
CABA. El único “costo” para tener esa sala
durante una semana era una obra en donación para la pinacoteca del Diario
del Viajero, lo que por entonces (y aún hoy) considero un precio de lo
más razonable y justo. Por lo general
uno elige qué donar, pero aquí accedí a dejar la obra que escogió la directora
de la Agencia CID, Elizabeth Tuma de Besanson. Cuando me pide especialmente por esa obra me
argumenta que le gustaba mucho “lo que había hecho con los rostros.” Recuerdo mi confusión en ese momento, yo era
muy jovencita y quien me manifestaba esa valoración artística tenía más
conocimiento y experiencia que yo en la apreciación del arte. Dentro de mi cabeza me dije: “¿de que me
habla? Si no hice nada en las caras…” Hoy, más de 30 años después, entiendo que ese
era precisamente el punto: no hacer nada en medio de lo demasiado que hago
siempre.
En los últimos años vengo prestando especial atención
a ese “no hacer nada”, el dejar el papel blanco base crudo y limpio
como piel luminosa en los retratos. Y me
vuelve ese comentario a resonar en el alma, confirmándome cuantas cosas hacemos
que ignoramos, que otros pueden ver fácilmente pero uno, que es quien esta inmerso en la acción
creativa, no tiene ni idea de que está sucediendo. Ni siquiera cuando a uno se
lo señalan o se lo valoran puntualmente.
Como en todo en esta vida, es cuestión de timming.
Hoy sigo tratando de hacer lo mínimo posible en los
retratos, de que la piel sea el respiro, la pausa, el remanso en medio de mi
revoltijo habitual de excesos y desbordes.
En lo que traigo entre manos
vamos por ahí: