Avances
y caprichos. Incluí un ruiseñor de
Dinamarca, o un ruiseñor a cuerda como aquel que entusiasmó al Emperador
de China según nos cuenta Andersen.
En el
interín, recorté unos fragmentos de partitura musical para la cola y el
engranaje central del pajarito, y me quedó el título de la partitura en la mano
y fue inevitable incluirlo en la composición.
Beppo se convirtió en un gato correntino.
Creo que a Borges le hubiera hecho mucha gracia.
Para
equilibrar laterales con texto, le agregué a mis (falsos) tigres azules una leyenda en chino, que se supone dice “la
fortaleza del Tigre”. Quién sabe si
el traductor en línea es fiable en esa grafía, lo que vuelve un misterio lo que realmente
escribí ahí.
Seguirá dedicarle
un buen tiempo al retrato central, para sacarlo un poco al frente,
adelantándolo por sobre todo lo demás.
Veremos que sale.
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