El bibliófilo.
Mixtura sobre papeles intervenidos con fuego & post-it,
35X50 cms.
“Como
para Montaigne, para Borges la lectura debe resultar fácilmente feliz; como
para Emerson, debe ser la voz que espera salir de su mudez, a la cual ningún comentario
o crítica puede sustituir jamás. En cualquier caso, siempre está por encima de
nuestra creación, “mezcla de olvido y recuerdo de lo que hemos leído”.
Convertirse en adicto a su obra es permitirle que ejerza de mentor, es aprender
sobre los autores que él leyó y amó, entrar en un universo literario ambiguo de
la mano de sus más directos predecesores. Por eso, aunque se ha hablado de él
como escritor para escritores, quizá sería más correcto decir que se trata de
un escritor que pretende formar lectores.”
Silvia Rins, El penúltimo
infierno de Borges
!Impresionante! Stevenson, Carroll, Cervantes, Grey, Swedenborg, Kafka... Y bajo la cucaracha de Gregorio Samsa, oculta, la incógnita. El tesoro. A Borges le habría fascinado
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