miércoles, 10 de julio de 2024

 





El bibliófilo

Mixtura sobre papeles intervenidos con fuego & post-it, 35X50 cms.

 

 

     “Como para Montaigne, para Borges la lectura debe resultar fácilmente feliz; como para Emerson, debe ser la voz que espera salir de su mudez, a la cual ningún comentario o crítica puede sustituir jamás. En cualquier caso, siempre está por encima de nuestra creación, “mezcla de olvido y recuerdo de lo que hemos leído”. Convertirse en adicto a su obra es permitirle que ejerza de mentor, es aprender sobre los autores que él leyó y amó, entrar en un universo literario ambiguo de la mano de sus más directos predecesores. Por eso, aunque se ha hablado de él como escritor para escritores, quizá sería más correcto decir que se trata de un escritor que pretende formar lectores.

Silvia Rins, El penúltimo infierno de Borges


























































































1 comentario:

  1. !Impresionante! Stevenson, Carroll, Cervantes, Grey, Swedenborg, Kafka... Y bajo la cucaracha de Gregorio Samsa, oculta, la incógnita. El tesoro. A Borges le habría fascinado

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