Me hacen llegar la convocatoria a un concurso internacional de ilustración en España, con la fecha límite de postulación muy cercana (el 15 de este mes).  Para mi ritmo normal de trabajo es demasiado corto el plazo.  Pero justo pega en mis puntos débiles: los trabajos visuales deben corresponderse con unos microrrelatos específicos, los cuatro que fueron ganadores el año pasado de un certamen del mismo organizador.  Y los cuatro microrrelatos son maravillosos, exquisitos, absolutamente inspiradores.  Y encima, uno de ellos, invoca a Alicia, el Sombrerero y la Liebre de Marzo.  ¿Cómo resistirme?  Aunque no llegue a terminarlo antes de la deadline, me permito jugar un rato.  Como regalo de cumpleaños.

 

     Otro de los requisitos es que sea en tamaño A3, y no tengo papel de esa medida.  Así que amontono fragmentos que quedan sobre mi tablero: una hoja blanca, un rezago de metalizado oro, una tirita de papel artesanal verde…

 

     Y sobre mi clásica Alicia arrancamos con fuego y nos vamos dejando llevar: