Me acaban
de avisar que Bistró de Paris llegó en perfectas condiciones a su destino en Venecia.
No sé si
me alegra más el saber que su viaje fue sin contratiempos y su arribo sin daños
o el haber comprobado de nuevo que un artista independiente, sin grandes
recursos, puede dedicarse a mover su obra a nivel internacional. El mito de que sin galería o hábil marchand
uno no puede hacer nada se sigue derrumbando.
Bendita internet.
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