Regreso
a casa – Back home
Bistro de
Paris acaba de volver de su aventura veneciana. Hubo unos días de vértigo absoluto cuando nuevamente
tomamos conciencia de que estamos en el fin del mundo más allá del sentido
geográfico. Conseguir que una empresa de
courier de Buenos Aires se ocupara del retiro de la obra en Venecia fue
materialmente imposible. Los requisitos
burocráticos absurdos que pusieron de obstáculos ameritarían una -mala- comedia
de humor negro. Pero los artistas
autogestionados -y argentinos, formados en crisis continuas bajo el lema de “lo
atamos con alambre”- somos difíciles de amilanar. Y al filo de los tres días establecidos por la
galería para el retiro logramos que una empresa británica se ocupara de
nuestros asuntos. Seis días después (¡seis
días, bendita internet!) Bistró de Paris hizo su entrada
triunfal en casa, trayendo consigo el encantador catálogo del evento.
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