Crónicas de Viaje I
Con los tickets aéreos en
mi poder y la documentación de exportación de las obras aprobada, podría
decirse que lo principal está ordenado y que los restantes preparativos para
viajar a Chile son sólo cuestión de coser y cantar. Claro, eso puede decirlo cualquiera que no
haya tenido que lidiar con gráficas e imprentas. Pero, bueno, lo necesario para cruzar Los
Andes ya está.
Sólo estuve
en Chile una vez y por una fugaz (pero interminable) noche. Volvía de Panamá en un vuelo
sobrevendido y quedé atascada en Santiago por unas 15 horas. No fue una
experiencia del todo grata, peleando a los gritos en el aeropuerto para conseguir
otro vuelo y hospedaje digno para la espera.
Cuando las cosas empiezan mal siguen mal, así que apenas subir al taxi
para ir al hotel, el gentil taxista no tuvo mejor idea que preguntarme si había
sentido el temblor. Semejante pregunta a
quien ha nacido y vivido siempre en la llanura bonaerense predispone al pánico.
Lógicamente, el hotel asignado por la aerolínea era una torre y me acomodaron
en una habitación del piso 16. Consideré
quedarme en el lobby toda la noche para que las posibles réplicas no me
agarraran en altura, solo la vergüenza ante el sonriente conserje me empujó a
subirme al ascensor. Así no se empieza
la visita a un país hasta entonces desconocido.
Volví a casa la mañana siguiente y debo reconocer que no percibí
movimiento telúrico alguno en mi breve estadía en Santiago, salvo mi
tembleque inevitable por el miedo preventivo e innecesario.
En esta
oportunidad, con una estadía de cinco días planificados al detalle, me propongo
iniciar con el pie derecho -tiemble o no el suelo al que arribe- y con la escusa de una feria de arte dedicarme a
descubrir y disfrutar la tierra de la gran Gabriela Mistral, amiga entrañable y leal de nuestra Victoria Ocampo.
De momento,
sigo batallando con la gráfica del evento. Antes
era sólo el diseño de catálogos y tarjetería en papel, ahora también hay que
armar estrategias para redes, posteos, invitaciones directas y save the date. Videos atractivos y cortos, reels con
música viral. Flyers y
animaciones. Gacetillas de prensa para distribuir por mail y whatsapp. Distintos formatos para cada aplicación. Si, hoy es más amplio el espectro de difusión
y más accesible para el artista, pero el trabajo se ha vuelto infinito. Siempre hay más y más por hacer. Sigamos.
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