Cuando el stress (y el
tic-tac de los pendientes) llega -en una escala de 1 a 10- a 120, el mejor ansiolítico
es dibujar. Por razones incomprensibles,
aunque habituales, me quedé sin papel y terminé usando una horrible cartulina
escolar rosa fuerte, un color odioso y un gramaje mínimo que no aguantó el
agua. Pero igual le dediqué el domingo
y, debo reconocer, pudimos recuperar algo de calma. A pesar del rosa, que generalmente saca lo
peor de mí.
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