Últimos días del año y esta costumbre del compilado se
impone. Supongo que es una manera de
tranquilizar a la conciencia detallándole que no hemos estado perdiendo el
tiempo. Paso revista al 2022 por bien de mi
salud mental (ya de por sí muy deteriorada por la vida).
Arrancamos
enero con una puesta individual en un evento colectivo, Red Tree Art
House by Sotheby´s, en Punta del Este, Uruguay. Una idea muy buena en teoría con una
implementación defectuosa por falta de eficacia en la organización general. Pero, si soy honesta, el resultado a favor -en
mi caso- fue múltiple: me probé a mi misma que era capaz de idear una
puesta coordinada y atractiva; que podía moverla a través de la frontera sin
mayores complicaciones; que la obra no sólo podía sostenerse en cualquier
contexto sino que podía lucir al máximo aun bajo una total improvisación sobre
la marcha.
Si bien el gran problema de Red Tree Art
House fue la falta de público acorde a la magnitud del evento por falta
de difusión y señalización de acceso al lugar, la gente que si asistió se
demoró en mi espacio, buscó conversar sobre las obras expuestas y fue
mayoritario el comentario de interés y sorpresa ante una propuesta inhabitual. Mis cachivaches de papel lucieron y se
divirtieron. Y yo tuve una excusa perfecta
para escaparme a Punta del Este, lugar que adoro, los primeros días de
enero. Un modo de arrancar el 2022 muy
auspicioso.
Seguimos
con una muestra en Esperanza, Provincia de Santa Fe, en la Fundación
Ramseyer Dayer, evento compartido con otras dos artistas -Brook &
Benko- y al que accedí por selección de propuesta. De nuevo, se trató de concebir una puesta en
mi cabeza que pudiera cerrarse en si misma y montarse como unidad en cualquier
contexto. Mis chicas de Burlesque
viajaron a Santa Fe.
Lo único
negativo en este caso fue que yo no pude viajar a la inauguración. Como suele pasarme demasiado seguido, mi entorno
me asfixió con sus conflictos personales y mi tiempo dejó de ser mío para estar
al servicio exclusivo de los demás.
Pero lo
positivo fue mucho: el buen trato por parte del equipo de trabajo de la Fundación,
un gran criterio para la curaduría general de tres artistas en un mismo
espacio, mucha difusión local, y un cuidado de la obra absolutamente im-pe-ca-ble.
Como plus
en mi caso fue la experiencia de embalar para remitir por transporte terrestre
toda la obra y confiar a ciegas en que el camión la llevaría no solo indemne
sino a tiempo. Pero pareció sincronizado
por un experto relojero: todo salió como se suponía debía salir.
Y para
completar un círculo perfecto, en la Fundación y en el marco de
la muestra se vendió una de mis chicas y, un par de meses después, la
adquirente de The Circus me contactó por Instagram y acordamos la
venta de Janet y Le Cirque, quienes volvieron a
viajar a Esperanza, ya con carácter definitivo de su estadía. Tres de mis chicas de Burlesque
hallaron su hogar definitivo en 2022 y en la provincia de Santa Fe.
Estos dos
eventos previos me dieron la seguridad de postular para una feria de arte en Chile. Armé y remití mi propuesta, pasé la selección y fue concebir
obras pequeñas que pudieran entrar en las valijas para su traslado aéreo. Otro intento de medir fuerzas viendo si era
capaz de pensar la puesta e implementar la logística necesaria para cruzar los
Andes y poder montarla sola. Y salió
bien.
La experiencia
de la ArtWeekChile 2022 en Las Condes, Santiago,
fue también mayoritaria en lo positivo:
confirmar que es posible usar obras pequeñas para montarlas en unidad
para conformar una pieza grande de mayor visibilidad e impacto en el centro del
stand; que el montaje en acrílicos es práctico y liviano y permite la cuelga
sólo con cinta bifaz; que bien embaladas las obras no se deterioran en la
valija aun cuando viajen en bodega de equipaje; que Uber es un gran invento para
la logística de traslados en sitios donde uno no tiene la mas mínima referencia
de lugar y distancias.
Qué sola puedo
planificar y llevar a cabo lo que me proponga si pienso y armo con cuidado todas las
cosas. ¿Lo altamente negativo? Lo que ya sabía: los zapatos son la clave
del éxito en cualquier feria. Y
máxime cuando el piso es de tierra/arenilla (detalle que ignoraba de antemano y que será
a futuro lo primero que pregunte).
No llevé calzado adecuado y terminé usando unas sandalias bajas y horribles
que sólo uso de entrecasa. Espantoso. Pero ya aprendí, y no va a volver a
sucederme.