viernes, 2 de diciembre de 2022

 


      Ha llegado la hora, le dijo la Morsa al Carpintero, de que hablemos de otras cosas.  Y de que pongamos manos a la obra sobre otras cosas.

 

    Postulé a Metropolitain para el Premio Fundación Andreani 2023 (muy poco probable que pase la preselección)







 

https://www.fundacionandreani.org.ar/concurso/participante/obra-postulada/

 




y a Prisionera del Catecismo para el Premio 8M 2023 convocado por el Ministerio de Cultura de Nación (menos que menos probable aun de pasar la preselección).




 

 

https://www.argentina.gob.ar/noticias/abre-la-convocatoria-del-premio-8m-2023

 




     ¿Para que postulo obra en convocatorias dónde sé, de antemano, que los organizadores ni van a mirar mi trabajo?  Por costumbre.  Por vocación al rechazo.  Para confirmar que en el ámbito local se manejan las cosas por pertenencia sectaria o favoritismos pagos y no por la calidad técnica o el valor estético de la obra.   Para mantener la perspectiva, como aconseja Kipling:

(…)

If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;

(…)

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre
y tratar a esos dos impostores de la misma manera;

(…)











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