Mientras las Postales de Finis Terra
siguen su curso (algunas en viaje, alguna quizá en destino, otras en pleno
proceso creativo), me escapo un rato para ocuparme de otro proyecto. Ante la concreta posibilidad de participar
con un par de obras en una feria de arte en Barcelona el próximo mayo,
empiezo a componer algo con la intensión que sea especial y acorde a ese
evento.
Se sabe que en las ferias hay mucho
público pero también mucha oferta. La
chance de ser notado es escasa y realmente fugaz. Las obras deben estar atentas para provocar
la curiosidad del espectador que deambula, capturarlo y obligarlo a
acercarse. La meta es lograr la atención
plena por lo menos un minuto. Obras
capaces de salir de cacería con la determinación sangrienta de atrapar un
espectador a como dé lugar.
Así, sabiendo de antemano que juego han de
jugar, empiezo de cero dos obritas que planeo trabajar en paralelo, porque
ellas estarán solas en su destino y deberán acostumbrarse a conformar un equipo
eficaz y compacto. Que recorran juntas
el camino desde el inicio mismo.
Un par de retratos femeninos como punto de
arranque. Dibujamos con lápices acuarelables
sencillamente porque nos divierte no saber que color habrá de predominar (a
veces sólo depende de que lápiz tiene más punta…)
Limpiamos los rasgos con tinta en
gel. Con luz fría directa (como el
flash) el efecto de la tinta es encantador:
Quemamos el papel, porque la danza con el
fuego ya es parte de nuestra vida y mas vale que las chicas se lleven un poco
de todo lo que abunda por acá. Para la bitácora
de la prudencia: usé papel de boceto, arde demasiado fácil, casi incendiamos el
taller. Conviene papel para acuarela que
ralentiza el quemado y es más resistente a la abundante agua necesaria para controlar el desorden. Hubo un instante que temí arruinarlas, pero
sobrevivieron a las llamas.
Nuevamente, el papel de bocetos no es el
ideal para el exceso de humedad que requiere el pegar la lámina blanca sobre el
papel artesanal color. Otra vez filamos
el desastre. Pero aguantaron. Mis chicas cazadoras están demostrando
fortaleza frente a la torpe imprudencia de quién las compone. Seguimos.
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