sábado, 1 de febrero de 2020

















     Cuando se parte de una idea absurda (como todas mis ideas por lo general) es imprescindible empezar a recortarla hacia la razonabilidad si uno tiene intenciones serias de llevarla a cabo.  Aun sin perder de vista que se trata de un juego infantil, sin mayores pretensiones que las de jugar, el asunto de las postalitas requiere planificación  estratégica para hacerlo viable.








    Lo primero es sentarse un buen rato a analizar el listado de los 100 referentes del mundo del arte publicado por la ArtReview munida de la imprescindible herramienta de Google.  Aceptémoslo: la mayoría de los nombres no nos dicen nada, estamos informadas pero no tan informadas (esto es el Fin del Mundo).  Veamos de qué se trata con un poco de data extra.

     Reducimos el listado a nuestra lista personal de 24 nombres.  Referentes de arte étnico específico (oriental y africano) difícilmente se interesen por lo que pasa de este lado del mundo.  Personajes de moda, estrellas ascendente o personalidades  rupturista, gracias, pero no; entendemos el arte como algo que requiere cierta disciplina y tiempo de maduración.









     Avanzamos la búsqueda de información sobre nuestra lista reducida, sobre todo, direcciones postales ya que las postalitas físicas se remiten por correo físico a lugares físicos.  Ese aspecto de la selección nos condiciona a una nueva  decantación: solo quienes tienen una fundación o galería, cuya dirección postal se consigna en los sitios web oficiales, siguen en juego.  Nuestra lista se integra finalmente con 11 nombres.  Once destinatarios de las Postales de Finis Terra.
    
     Parecería bastante simple ya, pero no.  Resulta que 5 de esos nombres se bifurcan en dos o tres domicilios postales, ya que sus galerías tienen sede en distintas ciudades.  Podría escoger una, pero también podría enviar una postal a cada sede,  una postal integrante de la misma obra, de modo que pueda reunirse nuevamente el diseño completo en el mismo destinatario.  Linda perspectiva, pero…  los diseños pueden razonablemente dividirse en dos o cuatro postales, pero en tres…  se vuelve complicado que el tercer fragmento guarde  estética compositiva…  Otra posibilidad sería que al destinatario que es titular de tres domicilios distintos envíe tres postales de la misma obra y reserve el cuarto para ponerlo a su disposición si lo requiere (esto es, que el destinatario de señales de interés tras recepcionar la Postal de Finis Terra y me contacte, cosa que no sabemos que viso de realidad puede llegar a tener).








     Resumiendo esta etapa del proyecto: tenemos 11 nombres y 19 domicilios postales.  Necesito convertir en postalitas 11 obras de Burlesque y luego decidir cuál envío a quién, ya sea todos los fragmentos convertidos en postales o reservándome el restante el que será también remitido si me lo requieren, a fin de que las postales de cada obra vuelvan a reunirse en su destino.  Vamos por ese camino.




















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