Primer día de la cuarentena oficial y persisto
en mi intención de no dejarme ganar por el pánico. Aun con la agorera convicción de que nada
volverá a ser como era, nos empeñamos en figurar una apacible rutina de normalidad. Priorizamos el juego y el color mientras nos refugiamos en pequeñas esculturas de papel. Terminamos los Ositos de rollos
de cartón de papel higiénico y avanzamos con la Conejita en
pijamas y el Rey Ratón:
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