A veces el
fuego se nos desbanda y arruina demasiado el boceto original. Yo quería chamuscar un poco debajo del ojo
junto a la nariz, pero el resultado fue perder toda esa parte del rostro. Para nada era el plan y, probablemente,
signifique que este trabajo está arruinado.
Pero igual lo adhiero sobre un soporte de cartulina dorada y espero que seque,
a ver si puedo reconstruir dignamente el retrato. Veremos.
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