jueves, 21 de septiembre de 2023

 

      Hay un sector en mi taller donde amontono las obras inconclusas, los trabajos fallidos y mis extraños experimentos inexplicables.  A veces, como me sucedió esta mañana, recupero alguno y me apronto a usarlo como base o como soporte o como parte de algo nuevo por hacer.













     Esta obra inconclusa es muy vieja, de cuando no quemaba el papel sino que lo rasgaba y sacaba pedazos con un cutter, de manera que quedaran huecos a través de los que se colara la pared sobre la que fuera a colgarse.  Un bastidor de madera con papel misionero tensado sobre él.  A mi opinión actual un verdadero espanto.  Debió ser parte de mi serie “Plagaria”, porque replica una parte del Juicio de Paris, de Rubens, y se inicia el trazado de un mapa con un cartouche, así que data del 2000 o 2001.  Ha ido y venido  conmigo en un par de mudanzas.













     Mi primera intención era tapar todo, reconstruir el hueco, y sobre eso trabajar con otros papeles arrancando de cero una nueva composición.  Pero me gustaron algunas líneas, el angelito del extremo me sonrió y decidí usar parte de lo ya hecho y avanzar desde ahí.






      Puede pasar que el espíritu de la inconclusión ya esté impregnado en ese trabajo y, haga lo que haga, esta sea una obra destinada a frustrarse.  Pero de momento ha logrado volver a captar mi atención y nos dedicaremos a ella por un rato.

 












No hay comentarios:

Publicar un comentario