jueves, 9 de agosto de 2018




Método compositivo II

     Se sigue haciendo trampa, fundiendo con color las uniones de papeles para sembrar la duda de hasta dónde llega cada uno.  Los lápices acuarelables cumplen con esa misión perfectamente.  Sin definir todavía la gama de color, alcanza usar los azules del fondo para ir dando profundidad y permitir que el blanco del papel luzca más blanco.

     ¿Pará qué molestarse en poner dos papeles para luego simular que es uno solo?  Porque estamos jugando a ser y no ser, a ser dos, a ser uno, a que nada sea tan simple como luce a primera vista.




















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