Método compositivo II
Se sigue haciendo trampa, fundiendo con
color las uniones de papeles para sembrar la duda de hasta dónde llega cada
uno. Los lápices acuarelables cumplen
con esa misión perfectamente. Sin
definir todavía la gama de color, alcanza usar los azules del fondo para ir
dando profundidad y permitir que el blanco del papel luzca más blanco.
¿Pará qué molestarse en poner dos papeles
para luego simular que es uno solo?
Porque estamos jugando a ser y no ser, a ser dos, a ser uno, a que nada
sea tan simple como luce a primera vista.
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