viernes, 3 de abril de 2020




     Décimo quinto día de cuarentena.  Es difícil definir el sentimiento.  En parte porque estos días de aislamiento son una montaña rusa emocional, en parte porque intelectualmente no puedo arribar a ninguna conclusión.  Tal vez sea mera casualidad y es mi exacerbada imaginación cuarentenada  la que encuentra parecidos.

     Por supuesto que nadie inventa nada, y que especialmente en el arte todos tomamos algo de quienes vienen en el camino antes que nosotros.  En mi serie Plagiaria abiertamente (y sin pudor) juego versionando mis obras favoritas de Rubens,  Fortuny o Velazquez





























     La cuestión puntual es así.  Veo la imagen de una obra de una artista también de Buenos Aires y mi primera reacción es decir “pero esta obra es mía!”...










     La miro y reconozco que no, que no es mía pero me recuerda directamente a una que sí lo es: Imagen quemada I, una obrita vieja que viajó a una muestra itinerante a Italia, la ArsLatinay de la que después perdí todo contacto.  Me queda un catálogo digital y creo algún catálogo en papel.  Tambien se reprodujo en unos almanaques del año 2005:




























     Claro que mi obra está quemada y el mapa dibujado a mano alzada, pero creo que las similitudes son marcadas.  Mi trabajo debe ser del 2003 o 2004, ignoro la fecha del  de la colega.  ¿Mera coincidencia?  ¿Inspiración en un versionamiento libre?  No sé.  Una parte de mí tiene curiosidad y por un fugaz instante preguntaría…  Otra parte de mí se siente halagada profundamente si mi obrita perdida generó el juego creativo en otra persona y prefiere ignorar la verdad. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario