domingo, 12 de abril de 2020




     Vigésimo cuarto día de cuarentena.  Me sumo a un juego colectivo organizado por una galería de arte de Barcelona, ImaginArte






     El plan consiste en que los artistas realicemos, en el plazo de tres días, una obra en base a una imagen que nos envía la Galería. Esta imagen corresponderá a una obra realizada por otro artista participante en el juego y retratado con ella.



















     Ayer me llegó la imagen sobre la que debo trabajar:







    Como corresponde a mi lógica, arranqué de la primera imagen reproducida, usando mi fetiche: la lapicera de tinta en gel dorada.  Eso marcó el ritmo: la primera y la segunda imagen las trabajé con lapiceras de tinta de colores, la tercera en tinta negra, la cuarta en grafito y ahí frené porque, como corresponde a mi desordenada manera de ser y a esta costumbre de no bocetar espacios, me quedé sin papel.  Así que habrá que recortar y adherir a otro soporte para poder hacer el retrato que sí me corresponde por orden de trabajo.














     Bien, pero como mi retrato lo quiero hacer en color, probablemente en acuarela, necesito sacar las manos para que se unifique la base.  Recortamos pues.








     Escarmentada, ahora sí mido espacios y boceto al colega que retrataré.
















     Bastante satisfecha me dispongo a jugar con mis lápices acuarelables (debo reconocer que este desafío ha logrado espantar un poco los aires oscuros de la cuarentena permitiéndome retomar el entusiasmo).  Veamos que sale.
















No hay comentarios:

Publicar un comentario