Décimo séptimo día de cuarentena. La certeza de que ya nada será lo que era lo
abarca todo. Cualquier esfuerzo por
mantener la calma y creer que en cuanto esto pase se podrá volver a la normalidad
es inútil.
En
un juego en las redes sociales, donde entre artistas nos nominamos a subir
imágenes, hace un par de días posteaba en Facebook un fragmento del El
Portal:
La
propuesta convocaba a subir una imagen de especial significancia para uno como
artista, sin dar mayor explicación. Y
casi fue obvio subir un recuerdo de Arte La Plata, en el 2015,
feria de arte que tal vez haya sido la última en la que participé activamente,
en persona, interactuando con absoluta libertad con montones de personas
desconocidas durante tres días. Hoy
siento que esos eventos ya no podrán hacerse, y si sí se hacen, no nos
sentiremos seguros y tranquilos ante la proximidad y el contacto con extraños. El miedo que provoca la conciencia de vulnerabilidad
ya se nos coló en los huesos. Nada será
lo que era.
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