Vida
real de artista. Se supone que somos
seres extraños, pero es a nuestro alrededor donde se desarrolla una realidad
dudosa con personajes que llevan a que uno se pregunte cómo llegamos a
vincularnos con esta gente…
Primer mensaje de la mañana de alguien que
me recuerda que hoy es el día de la gran traición a los templarios, “viernes
13” me dice y yo le respondo que es miércoles, dando inicio a otra
conversación absurda. Pero como es el
nivel de lógica en el que me muevo a diario, termino explicándole mis dudas
sobre el proyecto de exhibición que traigo entre manos. Nada tiene que ver con nada y todo se
relaciona con todo.
Tengo confirmada mi participación en un evento cultural múltiple a desarrollarse en Punta del Este, Uruguay, la primera semana de enero del 22. Casa Tomada o Casa Sotheby´s como parece van a llamarla, por la inmobiliaria que presta la propiedad. Todo muy embrionario aun, en pleno proceso de armado.
Yo tengo asignado un espacio (un hall de
distribución con dos tramos de escaleras, de acceso y de salida al parque) para intervenir con mi
obra sin condicionamiento alguno. Y ahí
estamos, deteniéndome más en hacer listas de todos los problemas logísticos que
implica el proyecto que en el desarrollo de la visión artística de la puesta a
realizar. Pero entiendo que es una
oportunidad increíble que no puedo desperdiciar, y entonces me interrumpe y me
corrige:
-Ninguna
oportunidad, las oportunidades tienen configuración mágica, algo aleatorio y
ajeno a tu control. Lo tuyo es contexto
y estrategia. Un plan bien trazado, objetivos
y medios, ningún detalle abandonado al azar.
Tenés una fecha, un lugar y un público predeterminado. Con esos puntos de apoyo todo lo demás es es-tra-te-gia.
Supongo que le asiste algo de razón. Aunque no dejo de ver primordialmente los
múltiples obstáculos (como trasladar las obras sin dañarlas, cómo
emplazarlas físicamente en el lugar según mi relato visual; como proveerme
desde acá vía alquiler los soportes y pies de esculturas que quiero para que me
esperen allá; si yo y mi alma voy a poder cruzar la frontera, si la peste no va
a regresar de golpe…). Pero
atendamos a la estrategia, aunque sea ilusoria.
Armar en el aire y en mi cabeza lo que quiero hacer para luego ir
plasmando en actos concretos cada pedacito de esa imagen mental. ¿Qué historia pienso contar? Obviamente, una mascarada...
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