jueves, 14 de octubre de 2021



 Vida real de artista – proyectar un evento a realizar en el exterior – Día 1

 

         Primero hay que establecer la historia que se quiere contar.  Eso es fácil, yo sólo hablo de una cosa: jugar a jugar.  La intervención de mi espacio tenderá a establecer un juego con el espectador, una pausa de la realidad lineal, tiempo y espacio, un bache donde las reglas tradicionales dejen de regir durante la recorrida de mi puesta.


        De nuevo, esa primera decisión es fácil de tomar, eligiendo sobre la temática reiterativa de mi obra aquellas que más replican ese espíritu lúdico y atemporal: la estética veneciana y la mitología de la Alicia de Lewis Carroll.  Así, resulta casi obvia la alegoría de la caída por el agujero del Conejo Blanco a una dimensión inesperada donde nada es según los parámetros normales.  Entrar a mi área de intervención deberá ser como llegar a Wonderland (aunque menos violento, nada de caídas para mis visitantes, sólo un ingreso apacible por la corta escalera de acceso descendente a mi hall). 


         Para el hueco de la escalera, a efectos de limitar la visión de quien ingresa (la oscuridad del agujero del Conejo) sería ideal colocar algunas telas a modo de telón, que debiera correr quién quiera descender hacia los escalones para acceder a mi espacio expositivo.  No sé cómo podré sujetar desde la parte superior de la pared esas telas, de manera que resistan el movimiento de las personas que la traspasen.  En mi lista de Grandes Problemas a Solucionar (que probablemente no tengan solución) como armar y sostener ese seudo telón de ingreso está al principio de todo.   Veremos.


      Tras descender los cinco o seis escalones de esa primer escalera voy a colocar, sostenida en un caballete de pintar, la obra de la serie Circus Gestual We´re all mad here.  








        Esta obra, que refiere directamente al fraseario de Alicia, actuará de anuncio del espíritu general de la puesta a la que ingresará el espectador.  Sostenerla en un atril tiene la ventaja de poder posicionarla de modo que se interponga en el camino lógico de recorrida, de obligar a su consideración inicial.  Las obras bidimensionales irán -en principio- todas sobre atriles a fin de potenciar la idea de un recorrido intrincado, no tradicional, un laberinto configurado por el posicionamiento de las obras.  En teoría, claro.  En este primer trazado sobre papel (por así decirlo) absolutamente ilusorio.

 

     El sector de inicio de la recorrida se corresponderá con otras dos obras de la serie de Alicia:  Alicia en el Principio II y A través del Espejo, ambas sobre atriles.  Estas dos obra tienen de malo su peso (son bastidores macizos de madera con vidrio) que las hace difíciles de manipular, pero lo bueno es que si se rompen los vidrios igual pueden mostrarse ya que una semana de exhibición sin protección no les hará daño y de vuelta a casa reponemos los vidrios (si, ya estoy rompiendo cosas en plano teórico).













 


     También irán acá, puestas en oposición a los caballetes siempre con el criterio de entramado, las esculturas en papel de La Reina de Corazones, el Falso Libro de Alicia y los dos Conejos. Para sostenerlas habrá dos pies rectangulares o dos mesas de arrime, lo que pueda alquilar a la distancia.  En una La Reina, con algún dispositivo lumínico que permita acentuar su castillo de cartas, y en otra el Falso Libro con un Conejo a cada flanco. 






































 

     Por detrás de estas esculturas de papel, probablemente pared por un tema de seguridad (son muy liviana, el mero roce puede derribarlas al piso) irán en colgado tradicional alguna de las pequeñas obras de Circus Gestual.   Los juegos de muecas me resultan totalmente congruentes con el espíritu aliciano.






















































 


     En este trazado mental, descendiendo por las escaleras las obras de Alicia irán hacia el sector derecho, hacia donde se encuentran las segundas escaleras, descendentes hacia el sector de servicio y la salida a los jardines.  De nuevo, el hueco de acceso de la escalera debería llevar un telón cubriéndolo y, si es posible, el colgado de unas galeras del Sombrerero, que me quedaron de una ambientación y que me resultan perfectas para ese emplazamiento.  Colgado de telas y galeras que también van al listado de Grandes Problemas a Solucionar (que probablemente no tengan solución).











 



     Desde los escalones de ingreso, sobre la pared que da a la izquierda parece ideal montar el políptico El Portal.  Su impronta de máscaras y mujeres fragmentadas es una síntesis perfecta de las dos estéticas de la puesta.  Probablemente colgada de modo encaprichado, cerca las figuras femeninas del centro pero distanciadas y proyectadas en ángulo los bastidores de los extremos. Como si la obra se expandiera hacia afuera.  O algo así.

 



















      Esa pared termina en ángulo y se continua en el sector que da a las puertas consecutivas de cuatro habitaciones que corresponderán a otros artistas.  En las columnas de pared que quedan entre puerta y puerta irán algunas de las Bandejas Enmascaradas. Nuevo problema para la lista de Grandes Problemas a Solucionar (que probablemente no tengan solución).

 

     Las Bandejas Enmascaradas llevaban un par de años almacenadas en un baño (de hecho, en el hueco de la ducha) apiladas en cajas unas sobre otras. Y al ir estos días a desembalarlas constato que se aplastaron y que hay algunas realmente estropeadas.  Las tengo ahora desparramadas en la biblioteca, con pequeños objetos, tazas y vasos tratando de reubicarlas a sus volúmenes originarios, rogando que ese asunto de la memoria de los materiales sea verdad y que, de a poco, tiendan a volver a lo más próximo posible a su dimensión y forma de origen.





































 

     En caballetes y hacia el centro del hall estarán Identidad, Plan de Paris y Caja de Frutillas (se llama Caja de Frutillas porque es una caja de frutillas, no se me ocurre ponerle otro nombre).  Para la lista de Grandes Problemas a Solucionar (que probablemente no tengan solución) no me imagino como embalar esas tres piezas para asegurar su traslado del otro lado del Rio.  Los barquitos de papel de diario en el borde del bastidor de Identidad no aceptan protección de ningún tipo, su único destino es el estropicio en el traslado. No veo como van a viajar.






























 

     También habrá esculturas de papel completando este sector de exhibición: mis tres arlequines Julian, Lucien y Demian, cada uno en un pie de escultura pero reunidos en una especie de triangulo con iluminación multicolor en el centro del grupo.  La Dama Azul y  la Dama Roja, cada una en un pie y completando el recorrido.















































 

     A los lados de este recorrido de esculturas venecianas de papel irán dos mesas de arrime con objetos intervenidos.  Cristalería (copas y botellas), cajas de habanos (la Caja Borgia) y bandejas laqueadas con cristal líquido.  Objetos tendientes a acentuar un clima hedonista, de disfrute sensorial.  En la medida de lo posible, auspiciante mediante tal vez, esta área sería el final del recorrido donde podría invitarse al espectador a un brindis en gratitud por la visita.  También en este sector se colocará un banner con data de las obras y un dispenser con tarjetería o catálogos o cualquier otro tipo de material gráfico con información sobre la puesta.















































 


    Como primer borrador parece bastante posible de hacer (siempre que no me detenga a pensar que tanta máscara y monigotes varios con puntas salidas en todas las direcciones son imposibles de embalar).  Día uno: trazado del plan base, hecho satisfactoriamente.












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