lunes, 7 de mayo de 2012

     Amablemente me han "sugerido" que no me "limite" a los desnudos, porque estoy limitando seriamente los espacios donde poder exhibir. Amablemente he sugerido que se paren frente a un puesto de diarios y revistas y comprueban que los editores no limitan sus ventas por colocar señoritas desnudas en sus tapas. Y ciertamente yo soy más sutil (afirmación que me surge al estar parada frente al puesto diarios que hay en la terminal del 37 contemplando una revistita de nombre "INCESTO").- 

      Pero intento alternativas. Me pongo a pintar objetos utilitarios, con esa lógica mercantilista de que pintar cosas útiles puede ser una manera de acceder a un mercado menos exclusivo. O.K. Pinté una bandeja. Tampoco me la miraron bien.





       Hice una cajita (hace años que me dicen que pinte cajitas para vender en una feria de artesanos, que al menos así voy a vender algo). Una caja para habanos. Mi Caja Borgia.   Lucrecia y su papá el Papa Alejandro VI.

      También obtuve un "no" cuando quise mostrarla junto a algunas otras de mis obras.






     Solo se trata de desnudos. ¿Cual es el problema? Nada que no hayan visto antes. Ciertamente, mi serie de desnudos de Plagiaria son desnudos ya muy vistos.








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