Pero giro la cabeza y veo sobre mi desvencijado caballete LA SANTA INQUISICION en la que estoy trabajando, lento pero sostenido, y pienso que sí, que algo cambió, que mi trabajo maduró. El mundo probablemente no. Ya no estamos en la misma dimensión. Y puede (puede) que tengan razón cuando me niegan la posibilidad de mostrar mi obra. Tal vez no es el tiempo todavía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario