Se hace difícil reanudar la rutina de escribir cuando uno está literalmente invadido de luz. Acá en Uruguay corren el horario en verano y resulta que uno se encuentra tomando sol como lagarto en la playa hasta las nueve de la noche, con lo que todo termina trastocado y el cansancio golpea inesperadamente “al anochecer”, mi tiempo habitual de sentarme a escribir. Vivo como auténtica marmota aletargada. Necesito volver pronto a Buenos Aires para reencontrarme conmigo y mis maniáticas costumbres. Con la energía porteña. Me encanta la otra orilla con su ritmo lento y su conservadora inmovilidad que hace que el tiempo transcurra más lento. Pero me gusta de visita. Cuando permanezco largo rato mi hiperkinesis natural torna visos de neurosis.
Afortunadamente la vida en internet es ajena a los cambios de territorio que uno puede emprender durante el verano. Y eso permite que cierta continuidad se sostenga ignorando la geografía. Vía mail me han invitado a participar de un proyecto del que, francamente, lo desconocía todo. IDEAME (www.idea.me) trabaja acercando propuestas creativas para tornarlas realizables mediante el aporte de personas interesadas en esgrimir un mecenazgo de bajo costo. Si bien todavía estoy dando vueltas a la idea en mi cabeza (con la pasmosidad que me contagia el clima esteño), tengo cierto prejuicio en involucrar a más personas en lo que considero –sabiamente y prudentemente- mi delirio personal. Obviamente todo lo relacionado con RAGNARÖK está fuera de consideración (iremos a la hoguera solas, como corresponde). Pero lo que estoy trabajando con cajas y muebles, no sé, tal vez pueda ser algo para difundir por ese medio. Como en todo, iré viendo a medida que voy haciendo. Procedimiento empírico.
También empezaron a llegar propuestas para publicar en revistas de arte en la edición que va a distribuirse en ArteBA 2013 (para fines de mayo). Ahí también ando con el pensamiento lento e intrincado. Me siento tentada a proponer la publicación de una foto a toda página de La Santa Inquisición, pero por un lado adelanto la respuesta del editor (No podemos publicar esta foto, nos van a quemar el stand justo antes de que caiga un rayo y nos parta) y, si se diera la originalidad de un editor valiente e iconoclasta, yo no me siento capaz de comprometer a nadie más en mis herejías personales. Entonces me digo de publicar algo de la serie Cartográfica, o aun Prisionera del Catecismo, pero entonces tengo que elegir entre múltiples variables y eso es demasiado trabajo decisorio. Estoy agotada por adelantado. Tengo que cambiar de aire pronto. Estoy hecha una auténtica lagarta.
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