miércoles, 30 de enero de 2013



El docto de Salamanca, dice Temesvar, es un experto en astronomía y geografía, conoce todo lo que dicen los testimonios antiguos acerca del modelo tolemaico y tiene nociones culturales que le permiten enseñar cómo son las diversas partes del mundo, que gentes lo habitan, qué carreteras hay que tomar para llegar a ellas. Esta suma de conocimientos permiten al docto de Salamanca obtener un puesto en la Universidad homónima y ricas prebendas del Rey de España. De improviso, ante los doctos de Salamanca se presenta Cristóbal Colón, que sostiene nuevos conceptos acerca de la forma y dimensiones de la Tierra y presenta la hipótesis de que es posible ´buscar el Levante por el Poniente´. Como es natural, el docto de Salamanca refuta a Colón. Colón parte igualmente y descubre América. A partir de ese momento, el rostro de la Tierra aparece cambiado, todos los libros de astronomía y de geografía hasta entonces existentes pierden valor, los conceptos cuyo vendedor y divulgador autorizado es el docto ya no tienen validez alguna. Los nuevos técnicos del globo son los navegantes, los exploradores o los doctos capaces de ajustarse a la nueva visión de las cosas. Entonces, al docto de Salamanca –si quiere sobrevivir- se le ofrecen dos alternativas: o someterse a un curso de adiestramiento para adquirir suficientes conocimientos que le permitan ser maestro de cultura y de vida en el cambiado horizonte de relaciones, o establecer las bases de una nueva ciencia que consista en sostener la negatividad moral y cultural del descubrimiento de América. En esta disciplina podría ascender a la dignidad de experto y volver a ser maestro de vida para miles de discípulos. América existe, es verdad, pero es malo que exista, y graves daños se seguirán de su existencia para la comunidad humana. El docto de Salamanca, erigiéndose en experto del ´dónde iremos a parar´, vuelve a encontrar un papel en el contexto social…” 

 Umberto Eco, Apocalípticos e integrados, Random House Mondadori S.A. Uruguay 2013, pág. 408/409





“-Yo tenía entonces un tipo de fe diferente- dijo Ramsay, fijando la vista más allá de Dominic como si hablara solo-. He estudiado mucho desde que la tesis de Charles Darwin se difundió tanto que ya no podía pasarla por alto. – Movió la cabeza en un leve gesto de negación-. Al principio, hace treinta años, cuando se publicó, era sólo la teoría científica de un hombre. Luego, gradualmente, me di cuenta de que otra mucha gente la aceptaba. Ahora la ciencia parece omnipresente, el origen y la solución de todo. Ya no queda misterio, sino sólo datos que aún no conocemos. Sobre todo, no queda esperanza en nada que esté por encima de nosotros mismos, nada que sea mayor, más sabio y especialmente más bondadoso que nosotros. –Por un instante pareció un niño perdido que de pronto comprende el pleno significado de la soledad. Dominic lo percibió como un dolor físico-. Admiro la certidumbre que por lo visto tenían los antiguos obispos y santos. Pero ya no puedo compartirla, Dominic. –Permanecía extrañamente inmóvil para las emociones que debían arremolinarse en su interior-. El huracán de cordura del señor Darwin se ha llevado mi certidumbre como si fuera papel. Sus razonamientos me obsesionan. Durante todo el día consulto todos estos libros. –Señaló los estantes con un amplio gesto-. Leo a san Pablo, san Agustín, santo Tomás de Aquino, y a todos los teólogos y apologistas posteriores. Incluso puedo remontarme a los originales arameos o griegos, y por un rato me encuentro a gusto. Luego, al caer la noche, vuelvo a oír la fría voz de Charles Darwin, y la oscuridad envuelve todas las velas que he encendido a lo largo del día. Juro que daría cuanto poseo porque ese hombre no hubiera nacido.”

Anne Perry El Misterio de Brunswick Gardens, Plaza & Janés Editores, Barcelona 2000, pág. 75/76




“El Cardenal Jorge Bergoglio difundió una serie de conceptos acerca de la posición de la Iglesia frente a la posibilidad de que se sancione la Ley de Matrimonio Homosexual en una carta dirigida a las religiosas carmelitas de Buenos Aires. "Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo", inició el purpurado porteño. En ese sentido, Bergoglio sostuvo que "está en juego la identidad y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos". "Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones", agregó. Según aclaró, este proyecto no es uno más de los que se discuten en el Congreso de la Nación. "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una 'movida' del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios", aseguró el cardenal. Acto seguido, señaló que "hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan a personas de buena voluntad". Ante este cuadro de situación, Bergoglio decidió recurrir a las religiosas para "pedirles oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita". "Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria", solicitó. Finalmente, el cardenal sostuvo: "El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José, a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: 'esta guerra no es vuestra sino de Dios". Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios".
FUENTE: http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=6783
INFOBAE del 8 de Julio 2010, nota titulada Para Bergoglio, la ley de matrimonio gay es 'una movida del Diablo'





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