Pintar es caro porque, además de todos los múltiples costos y gastos que tenemos que
cubrir los artistas de nuestro propio bolsillo, están nuestros caprichos. Uno de los míos es el asunto del
enmarcado. Mi empecinamiento en trabajar
sobre papel sin soporte previo es que no queda más remedio que enmarcar para
colgar. Y no de cualquier manera,
no. Me gustan los marcos importantes,
con doble varilla, pasepartout y vidrio. O sea, me gustan los marcos
costosos. Pero la obra luce de otra
manera… ¿y que no hace un artista por
bien de su obra? Acá está Metropolitain
camino a mi marquero:
Y así ha quedado:
Vale la
pequeña fortuna que he gastado. Próxima
parada: el Monasterio de Santa Catalina
para la Noche de los Museos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario