domingo, 26 de diciembre de 2021

 


 

      Vida real de artista –  Día 12, cuenta regresiva bis





 

         Entre el ir y venir de estos días, que esto no se puede, que aquello es imposible, lo otro no llega a tiempo y eso ¿dónde está?, surgió como tarea extra para el hogar el alistar Carpe Diem para que se integre al sector de Pandemia - El Inicio en la Casa.  Nos reencontramos después de casi un año; yo la había remitido a Mar del Plata para que siguiera camino a una muestra en Italia -que la peste canceló- y ahora volvió a mis manos para acompañarla a Punta del Este y que desde ahí arranque su camino a  Europa. Como hasta ahora deambuló enrollada, se trata de acomodarla para un traslado fácil y una cuelga práctica y rápida, sin riesgos de estrago.








      Claro, ¡que fácil!  Pero la verdad es que hemos montado de ese modo en el pasado a otras obras viajeras.  El oficio tiene eso de bueno: prueba y error es un método infalible para aprender la realidad de las cosas.  Bistro de Paris fue y vino de Venecia sin grandes complicaciones entre dos placas de acetato cristal y cartón de passepartout, todo sujeto con tornillos de espejo.  Y se vió muy bonita en la cuelga de  la galería The Room Contemporary Art Space:












 

     Y todo se recicla.  Bistró de Paris irá a un sobre de papel y a resguardo hasta otra oportunidad y Carpe Diem se sumergirá en su sostén casero de cuelga para empezar a mostrarse físicamente:



 



















 

     Y allá va con el resto de las obras que cruzarán conmigo el Rio de la Plata.  ¿Cómo?  Amontonadas, claro, contra toda lógica espacial, como en el mítico camarote de los Hermano Marx en Una Noche en la Ópera.  Todo debe entrar en un auto.  Claro.  Será cuestión de acomodarse con buena voluntad...



   















 


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