Me sumo al brindis que propuso Santiago
Kovadloff y que escuché esta mañana por la radio: “(…) …Brindemos, en
suma, por el presente y el porvenir de la esperanza. El rasgo más valioso de la
existencia es la insistencia. Y en las personas de bien, la insistencia se
nutre de valores morales no negociables. Quienes se han consagrado a la
insistencia, no son los que están seguros de alcanzar su meta sino los que
están decididos de salir de donde se encuentran, de ese pantano de la
corrupción y la decadencia que nos quiere condenar a no tener otro futuro que
el de la sumisión y el eterno desencanto.
Alcemos esta noche, por fin, nuestras copas para que sepamos recorrer
con templanza ese camino que nos devuelva al orgullo de entonar aquellas líneas
del himno nacional que tanto anhelamos. Al gran pueblo argentino, salud.” (https://jorgefernandezdiaz.cienradios.com/profunda-reflexion-santiago-kovadloff-sobre-fin-de-ano/)
El rasgo más valioso de la existencia es
la insistencia. …Quienes se han
consagrado a la insistencia, no son los que están seguros de alcanzar su meta
sino los que están decididos de salir de donde se encuentran…
Me identifico totalmente con esas palabras. Sí, se trata de la insistencia, sin garantía
de resultado. Insistir. Dar de cabezazos
a la pared hasta lograr derrumbarla, o, al menos, hacerle un huequito por dónde asomarse. Insistir. Perseverar
en los sueños con la fuerza de la convicción.
Brindo por un 2021 en el que, pese a todo, insistimos y por un 2022 donde,
definitivamente, continuaremos insistiendo.
¡Buen año!
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