Vida
real de artista – Día 9, tareas
ingratas: embalaje-primera jornada
No hay más remedio, los días se nos pasan
a toda velocidad y hay que empezar a embalar.
Pocas cosas me molestan tanto, una tarea que emprendo con la convicción
de su inutilidad: haga lo que haga las obran van a dañarse en el traslado. Se que exagero, he movido obra toda mi vida y
por lo general llegan en buen estado; no es tan grave, pero puedo citar detalladamente
qué se rompió en cada viaje. Es la excepción y por tanto se la recuerda. Porque
siempre algo se rompe, inevitablemente.
Entonces, nylon con globitos, cartón corrugado,
mucha cinta, protección extra en las esquinas…
si, tengo práctica en el metier, pero no puedo evitar el disgusto. Y eso que hoy sólo embalé la obra “fácil”,
las chicas de Circus Gestual, el par de Alicia y We´re
all Mad Here, y hasta ahí porque se me acabó pronto el cartón.
Me esperan muchos más días de esta ingrata
tarea, la de la obra “difícil”, la que abunda en máscaras, relieves y
puntas, esa obra absurda y tan mía que no está destinada a moverse largos
trayectos. Aun me queda lo peor.
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