La totalidad de las imágenes que se reproducen en este blog corresponden a obras de mi autoría.
miércoles, 28 de septiembre de 2022
martes, 27 de septiembre de 2022
Sigo componiendo Postalitas. Doce por veinte de remanentes de papeles varios, restos de otros asuntos que merecen su momento de protagonismo. Concebidas con la misma pasión y cuidado en el detalle que obras de mayores dimensiones, mixturizando soportes y técnicas y permitiendo que el fuego intervenga en la composición.
¿Por qué esta opción diminuta de mis obras habituales? Porque permite compartir con el espectado el juego creativo por fuera de las reglas habituales del mercado del arte. Las Postalitas pueden remitirse fácilmente por correo postal, llegar a extremos impensados del planeta sin riesgos ni grandes costos, y pueden ser la opción propicia para aquel que quiera iniciar su colección de arte sin necesidad de grandes esfuerzos económicos. El arte (de cualquiera de los dos lados del mostrador) es caro. Pero mis Postalitas no lo son, aunque más no sea por puro espíritu de contradicción.
Cada Postalita
es una obra de arte original, única y exclusiva, que condensa en su pequeña
superficie todas las vivencias de quién ha abocado toda su vida a las
naderías del arte (Borges dixit). Aspiro que cada Postalita
sea el inicio de la oportunidad de disfrute de quién resulte su destinatario
final. Postales desde Finis Terra. Postalitas de cordial saludo para
quién se apronte a recibirlas.
martes, 20 de septiembre de 2022
Primera crisis de
nervios. Finalmente me entregan los soportes de acrílico para las Postales
Victorianas y es un hecho: los precios bajos afectan la calidad final
del producto. Bordes desparejos y la
transparencia algo turbia. Pero al menos
ya los tengo conmigo.
Todo bien
con los soportes chicos, podrían estar mejor pero es lo que hay y a efectos de
una feria fronteras para afuera priorizo la practicidad, la economía y el poco
peso. Pero los soportes grandes, al
probarlos para trasladarlos en una valija, NO ENTRAN. De ninguna manera. No hay forma.
Y es una valija muy grande. No es
opción comprar otra valija, así que parece que esas tres Postales
Victorianas se quedan en casa.
Respiro en
busca de calma y de ideas para reformular el montaje mental que tengo de mi
stand. Y sin esas tres Postales todo el diagrama se desbarata.
Respiro, respiro, respiro. Voy a
intentar aggiornarlas, cambiar el calado, quizá recortar algo de los bordes y
ajustar el acrílico a lo estrictamente necesario. Si consigo quien me corte el excedente de los
displays tal vez podría llevarlos al tamaño conveniente para trasladarlos
conforme plan original, o sea, en mi valija.
Trabajo extra y relativamente urgente:
si esto no funciona tengo que repensar toda la puesta.
Respiro. Me llega la invitación
formal de la ArtWeekStgo2022, lo que significa que ya tengo que
iniciar los trámites por ante Artes Visuales para obtener los avisos de
exportación. Calma y paciencia,
probablemente me lleve un día completo ingresar la totalidad de las obras (totalidad
ilusoria, porque si no logro acondicionar las tres Postales grandes
tengo que cambiar la propuesta con otros trabajos).
Respiro, me
miento que hay tiempo suficiente, que tengo que rehacer los diseños de los
catálogos si voy a cambiar parte de la obra.
Condicionado y en pausa todo el trabajo gráfico hasta ver que obras definitivamente
entran en la valija.
Respiro y
se que no tengo que postergar mas la compra de los tickets aéreos, con un carry-on
para las Chicas Cuadraditas y la valija en bodega con lo que sea
que en definitiva lleve. No me gusta la incertidumbre, la única forma de
realizar prácticamente sola toda la movida de una exhibición en el exterior es
con un plan de acción escrupulosamente detallado. Pero el hombre (o la mujer en el caso) propone y dios se ríe a carcajadas.
Respiro, y
como los Organizadores de la feria han conseguido excelente hospedaje con
descuento para los artistas, el tema de hotelería puede -por lo
menos- esperar unos días. ¿Qué más
falta? Cartelería del stand, material de prensa, nómina de contactos para mailing
de invitación al evento y difusión general, trazar y contratar una pequeña campaña
para Instagram, los dichosos catálogos en papel para repartir durante los tres días
de feria, averiguar el tema de facturación y embalaje por una eventual
venta. Certificados de autenticidad de todas las obras que viajan (si supiera que obras son las que viajan...) Decidir vestuario y, en especial,
conseguir zapatos cómodos para estar de pie de 11 a 20 hs. tres días seguidos. Respiro, respiro, respiro.
domingo, 18 de septiembre de 2022
Sigo dándole vueltas a mis Postalitas, a las que he atribuido rol de Comodín. Voy a llevar algunas conmigo, son fáciles de transportar sin que corran ningún riesgo, y según quede el montaje de mi stand en la ArtWeekChile veré si las incluyo o no. No sólo para balancear algún hueco entre el resto de las obras, sino porque teniendo el stand de una punta (el 76 del sector Artistas Extranjeros) tal vez haya un lateral extra pasible de cuelga. Ese plus de espacio sólo puede evaluarse en el lugar, viendo el criterio de los Organizadores al respecto y considerando también la visibilidad conforme el flujo de circulación de los visitantes, la ubicación de las luces, y un montón de mínimos factores más que únicamente pueden evaluarse in situ.
Mis Postalitas
viajarán con unas pequeñas carpetas de papel misionero y tapa calada con
acetato que estoy armando, para colgarlas con binder clips como se hace en
las puestas de la TAE, que lucen fantásticas y son de muy simple
maniobra de cuelga y descuelga. Los
Comodines son para eso, para usarlos cuando hagan falta. Y, mientras tanto, son
amables compañeras de viaje que nos ayudan a calmar los nervios en la frenética
etapa de preparativos.
sábado, 17 de septiembre de 2022
Con ciertos desajustes de tiempo en el plan
original -como suele suceder siempre, te organices como te organices-
vamos avanzando más o menos acorde lo establecido. Medio septiembre y tengo “casi”
todos los soportes acrílicos para la exhibición en Chile. Al dividir a
los proveedores para optar por los mejores precios para cada medida de display
terminé con uno que cumplió la fecha de entrega y el otro no. Se supone que entre lunes o martes próximo
tendré los soportes grandes para las Postales Victorianas. Se supone.
Pero ayer ya traje a casa los 16 soportes
para mis Chicas Cuadraditas.
Y realmente me gusta mucho como quedan, con la chance de montaje “amontonado”
que quiero, y una cuelga rápida y liviana.
Despojado y divertido. Se diría que
es contrario a mi tendencia al exceso, con mis marcos coloridos de anchos passepartouts
contrastantes y vidrios brillantes, pero mis Chicas tienen en
su escueta superficie todo el exceso necesario para sentirme bien representada.
Sobre el piso, en una prueba de visualización
conjunta, me gustan realmente mucho. En un solo panel las dieciséis, o en dos
bloques de ocho, es una decisión que voy a tomar cuando tenga a las Postales
Victorianas ya montadas en sus soportes y determine de una vez si mis Postalitas
van también y si las incorporo al stand o no.
Hasta hoy, me conformo con tildar en mi lista de tareas a mis Chicas
y sus acrílicos con un OK.
En mi
plan mental está establecido que en el reverso de cada obra irá su
correspondiente certificado de autenticidad, también cuadradito. Puesta a diseñarlos entendí que era
IMPRESCINDIBLE que la imagen en cada certificado fuera redonda. En mi lógica así funcionan las cosas: tanta
cuadratura necesita la redondez del círculo para confirmarse mutuamente. Sin grandes sofisticaciones (¡no me
alcanza el tiempo!) tengo unos certificaditos trazados, a los que una vez
impresos voy a firmar en original y, si logro los implementos necesarios,
agregarle un lacre personal, bonito y exclusivo. ¿Es necesaria tanta parafernalia? Absolutamente.
martes, 13 de septiembre de 2022
Postales de Finis Terra surgió
a fines de 2019 como un proyecto autogestionado de enlace entre el arte
emergente –carente de apoyo económico y/o
patrocinio de entidades públicas o privadas- con los grandes centros y
referentes culturales del mundo.
Finis Terra, se sabe, es el territorio donde moran
los artistas independientes, invisibles y marginales al sistema. Finis Terra no tiene un
emplazamiento geográfico sino espiritual: los dominios soberanos de los que
nunca salen en las fotos. Por eso
recurrimos a enviar una postal para dar señales de vida. Una esquelita en una botella lanzada al mar.
Pero la primera postal inició su recorrido a mediados de febrero, cuando ya la locura de la pandemia extendía sus tentáculos por Europa. Jamás recibimos acuse de recibo, ignorando si llegaron a destino o, si habiendo arribado, pudieron ser vistas por persona alguna: viajaron cuando todos ya se encerraban en sus casas. Un viaje a contramano, en un destiempo, un sin destino.
Enviamos unas 17 postales a inicios del
2020, pero la peste se dedicó a hacer -otra vez- el mundo demasiado
grande, las distancias insalvables, la comunicación dificultosa, el juego colectivo
casi imposible. Esas primeras postales se perdieron en el limbo de un cruce de épocas:
el mundo que fue y el que actualmente se sigue configurando vertiginosamente.
De esas postales, las que eran
fragmentarias de mis chicas de Burlesque recientemente vendidas,
conservo una pieza de cada una. Postales de Finis Terra que han
pasado a ser parte de mi colección personal, de mi bitácora más íntima.
¿Qué conclusión sacamos de todo esto? Qué no hay conclusión posible, que hay que
barajar y dar de nuevo. Nos cambiaron el
tablero en mitad de la partida, habrá que aprender las reglas que nos rigen
ahora, repensar la estrategia y empezar de cero otra vez. Ventajas de artista autodidacta de país
subdesarrollado: estamos acostumbradas al proceso de prueba-error, a intentan,
a fallar, y a intentarlo otra vez. Volvemos
a empezar. Nuevas postales, Postalitas, para tratar de asegurarnos que esta vez si lleguen a destino...