Primera crisis de
nervios. Finalmente me entregan los soportes de acrílico para las Postales
Victorianas y es un hecho: los precios bajos afectan la calidad final
del producto. Bordes desparejos y la
transparencia algo turbia. Pero al menos
ya los tengo conmigo.
Todo bien
con los soportes chicos, podrían estar mejor pero es lo que hay y a efectos de
una feria fronteras para afuera priorizo la practicidad, la economía y el poco
peso. Pero los soportes grandes, al
probarlos para trasladarlos en una valija, NO ENTRAN. De ninguna manera. No hay forma.
Y es una valija muy grande. No es
opción comprar otra valija, así que parece que esas tres Postales
Victorianas se quedan en casa.
Respiro en
busca de calma y de ideas para reformular el montaje mental que tengo de mi
stand. Y sin esas tres Postales todo el diagrama se desbarata.
Respiro, respiro, respiro. Voy a
intentar aggiornarlas, cambiar el calado, quizá recortar algo de los bordes y
ajustar el acrílico a lo estrictamente necesario. Si consigo quien me corte el excedente de los
displays tal vez podría llevarlos al tamaño conveniente para trasladarlos
conforme plan original, o sea, en mi valija.
Trabajo extra y relativamente urgente:
si esto no funciona tengo que repensar toda la puesta.
Respiro. Me llega la invitación
formal de la ArtWeekStgo2022, lo que significa que ya tengo que
iniciar los trámites por ante Artes Visuales para obtener los avisos de
exportación. Calma y paciencia,
probablemente me lleve un día completo ingresar la totalidad de las obras (totalidad
ilusoria, porque si no logro acondicionar las tres Postales grandes
tengo que cambiar la propuesta con otros trabajos).
Respiro, me
miento que hay tiempo suficiente, que tengo que rehacer los diseños de los
catálogos si voy a cambiar parte de la obra.
Condicionado y en pausa todo el trabajo gráfico hasta ver que obras definitivamente
entran en la valija.
Respiro y
se que no tengo que postergar mas la compra de los tickets aéreos, con un carry-on
para las Chicas Cuadraditas y la valija en bodega con lo que sea
que en definitiva lleve. No me gusta la incertidumbre, la única forma de
realizar prácticamente sola toda la movida de una exhibición en el exterior es
con un plan de acción escrupulosamente detallado. Pero el hombre (o la mujer en el caso) propone y dios se ríe a carcajadas.
Respiro, y
como los Organizadores de la feria han conseguido excelente hospedaje con
descuento para los artistas, el tema de hotelería puede -por lo
menos- esperar unos días. ¿Qué más
falta? Cartelería del stand, material de prensa, nómina de contactos para mailing
de invitación al evento y difusión general, trazar y contratar una pequeña campaña
para Instagram, los dichosos catálogos en papel para repartir durante los tres días
de feria, averiguar el tema de facturación y embalaje por una eventual
venta. Certificados de autenticidad de todas las obras que viajan (si supiera que obras son las que viajan...) Decidir vestuario y, en especial,
conseguir zapatos cómodos para estar de pie de 11 a 20 hs. tres días seguidos. Respiro, respiro, respiro.
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