martes, 20 de septiembre de 2022

 






    Primera crisis de nervios. Finalmente me entregan los soportes de acrílico para las Postales Victorianas y es un hecho: los precios bajos afectan la calidad final del producto.  Bordes desparejos y la transparencia algo turbia.  Pero al menos ya los tengo conmigo.

 







 

     Todo bien con los soportes chicos, podrían estar mejor pero es lo que hay y a efectos de una feria fronteras para afuera priorizo la practicidad, la economía y el poco peso.  Pero los soportes grandes, al probarlos para trasladarlos en una valija, NO ENTRAN.  De ninguna manera.  No hay forma.  Y es una valija muy grande.  No es opción comprar otra valija, así que parece que esas tres Postales Victorianas se quedan en casa.
















 


     Respiro en busca de calma y de ideas para reformular el montaje mental que tengo de mi stand. Y sin esas tres Postales todo el diagrama se desbarata. Respiro, respiro, respiro.  Voy a intentar aggiornarlas, cambiar el calado, quizá recortar algo de los bordes y ajustar el acrílico a lo estrictamente necesario.  Si consigo quien me corte el excedente de los displays tal vez podría llevarlos al tamaño conveniente para trasladarlos conforme plan original, o sea, en mi valija.  Trabajo extra y relativamente urgente:  si esto no funciona tengo que repensar toda la puesta.

 

     Respiro.  Me llega la invitación formal de la ArtWeekStgo2022, lo que significa que ya tengo que iniciar los trámites por ante Artes Visuales para obtener los avisos de exportación.  Calma y paciencia, probablemente me lleve un día completo ingresar la totalidad de las obras (totalidad ilusoria, porque si no logro acondicionar las tres Postales grandes tengo que cambiar la propuesta con otros trabajos).






 

     Respiro, me miento que hay tiempo suficiente, que tengo que rehacer los diseños de los catálogos si voy a cambiar parte de la obra.  Condicionado y en pausa todo el trabajo gráfico hasta ver que obras definitivamente entran en la valija.

 

     Respiro y se que no tengo que postergar mas la compra de los tickets aéreos, con un carry-on para las Chicas Cuadraditas y la valija en bodega con lo que sea que en definitiva lleve. No me gusta la incertidumbre, la única forma de realizar prácticamente sola toda la movida de una exhibición en el exterior es con un plan de acción escrupulosamente detallado.  Pero el hombre (o la mujer en el caso) propone y dios se ríe a carcajadas.



 





     Respiro, y como los Organizadores de la feria han conseguido excelente hospedaje con descuento para los artistas, el tema de hotelería puede -por lo menos- esperar unos días.  ¿Qué más falta? Cartelería del stand, material de prensa, nómina de contactos para mailing de invitación al evento y difusión general, trazar y contratar una pequeña campaña para Instagram, los dichosos catálogos en papel para repartir durante los tres días de feria, averiguar el tema de facturación y embalaje por una eventual venta.  Certificados de autenticidad de todas las obras que viajan (si supiera que obras son las que viajan...)  Decidir vestuario y, en especial, conseguir zapatos cómodos para estar de pie de 11 a 20 hs. tres días seguidos.  Respiro, respiro, respiro.

















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